PALABRAS

TIENES UNA LLAMADA

Cada persona fue creada por Dios para generar buenos frutos que permanecen donde se siembran

04/11/2020

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

Atribuir posibles fallas a otros es típico de quienes no viven por fe. Ninguno de nosotros está exento de oponentes que intentaron alterar nuestra carrera.

La solución para el mundo es el Evangelio. Satanás creó en la mente de las personas la idea de que se necesita una religión. Pero el Evangelio es el único recurso que anula el plan del diablo.

Dios es tan celoso que a veces olvidamos su paciencia con nosotros. Y debido a que tenemos un enfoque diferente hacia el mundo, creemos que esto es un mérito. Según los estándares del mundo, la Biblia nos llama santos. Somos pecadores, pero comparados con el mundo somos santos. Ninguno de nosotros tiene nada que ofrecerle a Dios que no tenga que justificar la llamada que nos ha confiado. Si predicamos bien, ¿quién nos dio el don? Si cantamos con una voz afinada, ¿quién nos dio la voz? Prefiero creer eso en el gran amor de Dios y no en mi propia capacidad y devolver este favor amando a las personas, bendiciéndolas. “¿Quién es el que te hace destacar? ¿Y tú que no has recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido? ”, 1 Corintios 4: 7. Dios no tiene vanidad. No depende de la adoración. No llega a un lugar presentándose en busca de reconocimiento. Toda autoridad y poder están en manos de Dios, Él es el gran "Yo soy". Aunque Omnipotente, tu corazón eligió a personas defectuosas como nosotros. El ministerio que se nos ha dado es fruto de la gracia y la bondad: “No fuiste tú quien me eligió; al contrario, yo te escogí y te designé para que fueras y dieras fruto, y tu fruto permanecerá ”, Juan 15:16. Fuimos elegidos con un propósito: dar fruto. No cualquier fruto, pero buenos frutos que quedan. Es nuestra responsabilidad generar vida y multiplicar talentos. El objetivo no es hacer alarde de títulos o posiciones, sino servir al reino de Dios y fortalecerlo. El diablo no quiere que tengamos eso en nuestra conciencia. Porque esta forma de pensar nos hará humildes, obedientes a la voluntad de Dios y bondadosos con los demás. Permítete ser transformado.