PALABRAS

Nuestro refugio es el Señor.

Dios es su consuelo, su refugio, su fortaleza. Calma el corazón que Él es su luz

04/06/2019

Por: Apostól Valdemiro Santiago

Las Escrituras son inspiradas por Dios, es digna de toda aceptación. Cuando los hombres de Dios oraban, ellos siempre estaban orando en espíritu y en verdad. Pero ellos oraban por las necesidades que tenían.

"El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién tendré miedo? El Señor es la fortaleza de mi vida; a quien temeré? ", Salmos 27: 1. En esta oración, él demuestra estar afligido y necesitando la ayuda del Señor.

La oración retrata el momento en que la persona está pasando. Porque la oración es un reflejo de lo que pasa en nuestra vida. Algunos momentos de tu vida puedes estar afligido con alguna situación, empieza a clamar al Señor, llora y cuando termina su clamor en su interior da una sensación de alivio, paz, o sea, es la confirmación de que el Padre oyó su oración . Porque él ya tranquilizó su corazón. "Cuando malhechores me sobrevino para destruirme, mis opresores y enemigos, ellos es que tropiezan y caen", Salmos 27: 2. Incluso ante la dificultad, aunque usted tenga un diagnóstico de examen que para los ojos humanos no hay cura, no pierda la fe, no se apafe. Porque Dios es su luz, la salvación para su vida. Dios es su consuelo, su refugio, su fortaleza. Calma el corazón que Él es su luz. "Aunque un ejército se acomete contra mí, no se atemorizará mi corazón; y, si estallar contra mí la guerra, aun así tendré confianza ", Salmos 27: 3. Puede venir luchas que quieras sobre tu vida, cuántas personas quieras destruirte. El Señor está contigo en todo tiempo. No dejes que nada golpee tu corazón, no dejes que ninguna mala noticia te golpee. Porque el enemigo que le deja confusa, para que usted pierda sus esperanzas en el Señor. Pero permanezca firme en nuestro Padre Celestial. "Una cosa pido a Jehová, y la buscaré: que yo pueda vivir en la Casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la belleza de Jehová y meditar en su templo", Salmos 27: 4. Metide en la Palabra del Señor y no deje que se agote con las cosas que viene en su día a día. ¡Que Dios te bendiga!