PALABRAS

Ore aunque tenga la promesa

Elías oró sin cesar aun cuando el Señor había prometido la promesa

29/04/2019

Por: Apostól Valdemiro Santiago

"Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe, porque ya se oye ruido de abundante lluvia", I Reyes 18:41.

Hay dos tipos de hombres, lo espiritual y lo carnal. Las dificultades, son diversas y el satanás quiere que vivimos el hombre carnal, para que dudamos de Jesucristo. Pero el Señor quiere que tengamos la visión de Él.

Usted sólo va a vencer en la vida, cuando salga del carnal, del hombre derrotado y actúe como alguien que conoce las escrituras del Señor. Cuando usted está conectado directamente al mundo espiritual, está viendo cosas que en el mundo no se ve, oye cosas que en el mundo no se puede oír. Usted profetiza lo que el mundo no cree y espera por cosas que para la mirada carnal es imposible. Pues creemos en lo sobrenatural. Todos que creen en el Señor, en las grandezas que sólo Él hace. No hay que esperar una señal para ver que va a suceder la victoria. El cristiano sólo necesita la promesa de Dios para conmemorar la victoria. "A la séptima vez dijo: He aquí que se levanta del mar una nube pequeña como la palma de la mano del hombre. Entonces él dijo: Sube y di a Acab: Aparta tu coche y desciende, para que la lluvia no te detenga. Dentro de poco, los cielos se ennegrecieron, con nubes y viento, y cayó gran lluvia. Acabe subió al carro y se fue a Jezreel. La mano de Jehová vino sobre Elías, el cual ceñía los lomos y corrió delante de Acab, hasta la entrada de Jezreel ", II Reyes 18: 44-46. Usted necesita ver con los ojos espirituales y tener la fe que Elías tuvo, es decir, con la promesa de la Palabra de nuestro Señor. Dios había prometido la lluvia para Elías, en vez de esperar, fue a orar y buscar más para tener una confirmación de lo que el Señor le prometió. Cuando el Padre le promete algo, intensifique más su búsqueda para confirmar la promesa en su vida. Dios que opera en lo imposible y cumple cuando buscamos intensificamente, constantemente sin cesar. Cuando el Señor le promete algo, doble su rodilla y ore fuertemente para que venga la confirmación de la promesa. ¡Que su día sea bendecido!