PALABRAS

Lance su ansiedad sobre Jesús

Él tiene la paz que su espíritu busca

28/03/2019

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

"Ruego, pues, a los presbíteros que hay entre vosotros, yo, presbítero como ellos, y testigo de los sufrimientos de Cristo, y aún co-participante de la gloria que ha de ser revelada: pastorea el rebaño de Dios que hay entre vosotros, no por la constancia, pero espontáneamente, como Dios quiere; no por buena voluntad ", I Pedro 5: 1 y 2. Es decir, el que hace la obra de Dios no puede hacer por obligación, sino por amor. "Ruego también a los jóvenes: sed sumisos a los que son mayores; en el trato de unos con otros, ceñíos todos de humildad, porque Dios resiste a los soberbios, sin embargo, a los humildes concede su gracia ", 1 Pedro 5: 5. Soberbos son aquellos que creen ser algo grande, olvidando que somos tan pequeños ante el Rey de los Reyes. Es decir, Dios no responde la oración del soberbio, y con eso, todo de mal sucede con esas personas.

Es necesario ponerse en la dependencia de Dios, y en el momento oportuno, Él responderá. "Humilad, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él, en tiempo oportuno, os exalte", I Pedro 5: 6.

"Lanzando sobre él toda vuestra ansiedad, porque él tiene cuidado de vosotros", I Pedro 5: 7. La ansiedad quiere decir perturbación por alguna incertidumbre, alguna duda. Por ejemplo, cuando una persona recibe un diagnóstico de una enfermedad, genera una ansiedad en su espíritu, porque no sabe si sucederá lo que ella desea, la curación. La ansiedad es muy peligrosa, es nociva a la vida, el espíritu se ve perturbado, y las personas que viven alrededor de quienes están en estado de ansiedad no soportan, pues la persona se queda de una manera muy difícil. Tal vez usted esté viviendo de esta manera, con la perturbación en el espíritu, y se está preguntando, pero ¿cómo puedo lanzar? Es con la oración, en el momento en que usted conversa con Dios, Él limpia su espíritu. ¡Sabed que esta perturbación en el espíritu tiene un fin sí, en Jesucristo! ¡Ore y lance a Él este mal! ¡Dios bendiga su día!