PALABRAS

Renueve su mente

Alimentar un corazón endurecido a la voluntad de Dios, deja las victorias más lejanas

17/01/2019

Por: Obispo Amaury de Farias

Lo que empieza bien, termina bien. Pero lo que comienza mal, difícilmente terminará con un buen desenlace. Eso es lo que dice la palabra de Dios.

"Lo que es torcido no se puede enderezar; y lo que falta no se puede calcular ", Eclesiastés 1:15

No estamos hablando de hechos, personas o situaciones. No estamos hablando de cuestiones que se han perdido a los ojos médicos o jurídicos, casos que ya se han archivado. No hablo de situaciones que no pueden ser más revertidas desde el punto de vista natural, humano. Pues, algo puede hasta ser inalcanzable para nosotros, pero si el Señor quiere, nada le impedirá. Entonces, a lo que la Biblia se refiere? Este versículo de Eclesiastés hace mención a la ideología, al pensamiento convencido que el ser humano hace de él mismo, de la vida, aquello que determina en su corazón. Cuando la persona es irreductible, no tiene reparación, ni Dios cambia el pensamiento de esa persona porque Él respeta nuestro libre albedrío. La convicción torcida no puede ser reparada. Lo que sucedió con Judas, discípulo de Jesús, por ejemplo, ya estaba en su corazón hace mucho tiempo. El Hijo de Dios dice que ese hecho estaba preparado desde la fundación de los tiempos. Él era irreductible en su pensamiento y eso no podía ser cambiado jamás, estaba sentenciado a la perdición. ¿Cuántos milagros el Señor Jesús hizo en Jerusalén? ¿Cuántos milagros él mostró allí entre muchos y aún así se voltearon la espalda hacia él. No tenía fuego que cayera del cielo, paralítico que anduviera, nada haría que las personas cambiar. ¿Sabes cuando algo sucederá en tu vida sin cambiar tu pensamiento? Nunca. Dios no pasará por encima de nosotros. Mientras yo no esté convencido y no cambiar mi visión, Él nunca podrá mostrar sus maravillas. Mi corazón necesita ser receptáculo de la voz de Dios. Que su mente pueda ser renovada con esa palabra. ¡Dios bendiga su día!