Libres de la esclavitud
Dios sueña para ti una vida libre de todas las prisiones
26/11/2018
Por: Obispo Amaury de Farias
No hemos sido generados para seguir nuestros días como esclavos de vicios, enfermedades y miseria. Aquellos que buscan y sirven a Dios, tienen la liberación de la esclavitud. La religiosidad es la algema más común en el medio espiritual. Por falta de conocimiento, las personas acaban dejándose llevar por tradiciones e ideologías humanas, siendo que la Biblia nos instruye a ser conducidos solamente por Cristo.
"Cuidado que nadie os venga a enredar con su filosofía y vanas sutilezas, conforme a la tradición de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo", Colosenses 2: 8
Esta cadena espiritual llamada religiosidad va privando a las personas de vivir nuevas experiencias con Dios y de conocerlo íntimamente. Poco a poco, dejan de nutrir su fe y van muriendo. Caminan con una fe apática imposible de probar milagros. Un leproso reconoció en Jesús la capacidad de curarlo, pero la religiosidad puso en duda su corazón. Al acercarse a Cristo, Lucas 5: 12b demuestra su incertidumbre: "Señor, si quieres, puedes purificarme". Este "si" es la prerrogativa del robo. Basta una pequeña brecha para distanciarnos de las victorias que buscamos. Jesús, moviéndose con íntima compasión, responde al hombre: "¡Quiero, queda limpio!", Lucas 5: 13a. Dios es simple y sus pensamientos son de paz. Él no desea nuestro mal. Él desea su curación, su prosperidad, su victoria, su felicidad. Toda suerte de bendiciones está liberada sobre nosotros no por mérito o derecho, sino por el sacrificio de la cruz. Cada gota de la sangre de Jesús limpió nuestro cuerpo de todo pecado y apagó el pasado de dolor. No hay más deuda con Dios. "(...) habiendo cancelado el escrito de deuda, que era contra nosotros y que constaba de ordenanzas, el cual nos era perjudicial, lo quitó enteramente, encerrándolo en la cruz", Colosenses 2:14. ¡Dios bendiga su día!
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