PALABRAS

Hay solución para usted

Nuestra vida se define antes de encontrar a Cristo y después del encuentro.

06/12/2017

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

Cuando el milagro se manifiesta, aquel no es el momento que Dios está viendo aquella criatura. Lo que usted trae con usted, Dios lo vio desde el día que ocurrió. Nosotros solamente estamos en la iglesia por causa de un propósito de Dios. La biblia dice en Juan 9 que mientras él caminaba, vio al ciego de nacimiento. El ciego no conocía a Jesús, pero Jesús si lo conocía a él , así como Él lo conoce a usted también. Los discípulos le preguntaron a Jesús de quién era la culpa que aquel joven fuera ciego. Las guerras existen porque las personas deciden culpar a alguien de algún fracaso o frustración. Es así que la humanidad vive. Las peleas, las contiendas, la envidia, los celos, el deseo de venganza. El desamor. Las personas se culpan una a las otras. Los hijos culpan a los padres, los padres culpan a los hijos. Dicen que no conquistaron nada por causa de uno u otro. Por eso la palabra: mi justo vivirá por la fe. Los discípulos, que eran cristianos, justificaban el fracaso y Jesús vino para cambiar eso. Él podía decir que no era para culpar a Dios o a Él por la ceguera de aquel mozo, pero cuando fue cuestionado, Él dijo que ni él, ni los padres del joven ciego, pecaron. Claro que ellos eran pecadores, pero no fue ningún error, porque ninguna barrera, frustración o adversidad puede ser explicada.

Cuando usted acepta a Jesús, su pasado se queda literalmente en el pasado y arrastrar su pasado con usted hace que las personas sufran. Usted no puede recordar el ayer, sus fracasos ,ni puede pensar en el mañana, usted tiene que vivir el hoy por la fe.

Se sobreentiende que Dios creó a aquel joven para hacer el milagro y no fue eso. Lo que Jesús quiso decir es que todo lo que no salió bien, que se quedó torcido o deficiente, que lo hizo llorar o sufrir, cambia a través de la fe. Ese era la visión de Jesús en carne y hueso. Cuando Jesús escuchó de los discípulos, otra vez, que no había comida para el pueblo en el desierto, Él dijo para que ellos los alimentaran. La fe nos fue dada para eso, para crear lo que no existe, para cambiar la historia y hacer lo imposible. Ellos no tenían nada y, al final de cuentas, dieron de comer para todos y sobraron cestos. El muchacho que no veía la luz del día debido a la ceguera pedía limosnas. Es humillante tener que mendigar. La vida de él era humillante, de miseria y de fracaso, hasta el encuentro de él con Jesús. Nuestra vida también es así, cuenta con el antes y el después de nuestro encuentro con Jesús. Aquel día, Jesús pasó por allí, no fue por casualidad, sino porque Él siempre pasa cerca de aquellos que necesitan de Él, que necesitan de oportunidad. No lamente por eso, porque cuando todos estamos preocupados con muchas cosas, podemos dejar de notar las oportunidades. Usted sufre, las puertas se cierran, algo no sale como lo previsto, una situación insuperable surge, para que Dios manifieste el poder de Él en su vida y hoy Él hace eso. El autor de esta frase tiene 100 % de aciertos en todo y dice que cualquier situación adversa es para manifestar la gloria de Él en su vida, esté seguro de eso. Solamente Dios puede hacer que alguien sea perfecto. Por más que usted vea todo errado, a los pies de Jesús todo se queda perfecto. El ciego lavó su rostro en el tanque de Siloé, como le fue dicho por Jesús y él ni Lo vio, solo lo oyó. Cuando volvió, Jesús ya se había ido. Las personas comenzaron a mirarlo, dudando de quien era, pero él mismo dijo: “soy yo”. Ante cualquier situación que lo entristezca, glorifique a Dios, porque es para manifestar la gloria de Dios incluso en su vida. Jesús le dijo a aquel muchacho: ¿está difícil? Puede glorificar, porque yo voy a cambiar su historia”. Ese es el final de la historia.