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Reconozca que Dios es el único y verdadero

Somos eternos, nos resta escoger cómo pasaremos la eternidad

02/11/2017

Por: Apóstol Valdemiro Santiago


Reconozca que Dios es el único y verdadero
FOTOGRAFÍA: Eduardo Pinto

Nosotros luchamos mucho para vivir. Cuando escuchamos que moriremos, todo se desploma. Pero mal saben las personas que la vida es eterna y esa vida eterna está en Jesucristo. Él estaba al lado del Padre y fue la obra prima más importante que el Padre hizo. Él fue hecho y colocado arriba de todas las cosas. Jesús es Dios. El Señor vio a la humanidad corromperse y decidió dejar aquello que tenía de más precioso para salvar la humanidad. Todo Dios lo hizo perfecto, pero nada fue hecho de manera tan maravillosa como Jesús. Nadie nos amó como Dios o como Jesús lo hicieron y, en Juan 17.3, Jesús pide para que la gloria de Él sea devuelta. Jesucristo tiene autoridad sobre toda la carne. Exactamente por tener autoridad sobre toda carne, Jesús es quien decide quien muere y quien vive, cuándo y cómo. Algunos se preguntan por qué vinieron a la iglesia, cuando en realidad todos fuimos traídos a Jesucristo por Dios. Eso es porque toda la autoridad sobre la carne fue dada a Él, al Hijo. Cuantos son aquellos que buscan con sus fortunas cómo podrían vivir para siempre, cuando en realidad, la vida eterna no cuesta ningún dinero. El costo de la vida eterna es reconocer a Dios como el único y verdadero. Las iglesias no poseen la vida eterna, ella está en su decisión de reconocer a Dios y a Jesucristo a quien ÉL envió.

Todo aquel que reconozca a Dios Padre como único y verdadero y a Jesucristo como único y suficiente Salvador e Hijo de Dios tendrá vida eterna y quien no lo reconozca tendrá lo que la biblia llama de muerte, que no es el fin, sino el tormento, el sufrimiento, la aflicción, la angustia.

Dios es tan sabio que colocó la eternidad en nosotros, incluso quien está en problemas dice que está “pasando” por aquella situación y confesando que el problema ya quedó atrás. Y es pasado de verdad, porque así como Jesús pasó por el desierto, también nos espera del otro lado el banquete servido por los ángeles. Ninguna religión puede monopolizar el mensaje de Dios, porque ninguna de ellas puede darle la vida eterna. Ningún ritual o placa de iglesia puede garantizar, ni ciencia, medicina, formula o magia. Sepa que, el diablo no puede ofrecerle nada, a pesar de lo que piensan, porque la tierra es de Dios y cada ser viviente que en ella existe, cada ser que habita en este mundo pertenece a Dios. Por mejor o peor la persona que sea, ella pertenece a Dios, aceptando o no. Jesús pasó muchos sufrimientos por causa de la humanidad. Ningún ser pasó lo mismo que Él. Mientras estuvo cerca de la muerte, Pilatos le ofreció a Jesús la oportunidad de librarlo y Jesús le dijo que toda la autoridad que Pilatos tenía sobre él venia de los cielos. Él es el único con autoridad sobre toda carne. Nosotros no estamos garantizados si no reconocemos a Dios como único y verdadero. Ninguna obra, ninguna actitud, garantiza la salvación. También no hace ninguna diferencia el motivo por el cual usted vino hasta Jesús, lo que importa es que vino y que Él no abandona a nadie. Usted y yo costamos muy caro para Dios. Al ver la humanidad perderse, Él pagó un precio altísimo por ella. Imagínese como Él se sintió al ver la humanidad destruyéndose, prostituyéndose, odiando. Por eso que cuando Él ordena que pare, los problemas cesan y nada más puede tocar en su vida. Dios nos hizo físicamente semejantes a Él, a su Imagen. Pero también nos hizo semejantes al carácter de Él. El primer hombre tenía la semejanza física y la semejanza de carácter . Amaba y era fiel como Dios. El hombre fue hecho para tener esa misma conducta, el mismo sentimiento de Dios con las otras personas. Todavía somos la imagen de Él, pero la semejanza nos exige esfuerzo, exige actitud, para que intentemos ser semejantes a Él. Cuando perdonamos, nos aproximamos a la imagen de Dios. Cuando tenemos sentido de justicia, imitamos el mismo sentido. Mientras nosotros somos eternos, Dios es sempiterno. Nos vamos para el cielo o para el infierno, pero somos y seremos eternos. Sin embargo, la vida es otra cosa, es calidad, es cosa buena, emana del reino, del trono de la gracia de Dios. La duda es dónde usted estará durante el tiempo que vendrá después de esta vida. Jesús fue creado antes del mundo y después se hizo carne. Al pedir la gloria que Él tenía antes de que hubiera mundo, Él hablaba del poder que le pertenecía desde antes de la humanidad. Los hombres naturales no entienden eso porque no cuestionan sobre el poder de Dios. Dios permite que hagamos una prueba para comprobar el poder de Dios, pero Él no permite que Lo cuestionemos, porque no sabemos nada, sin embargo Él lo sabe todo y todo lo que hizo. Si usted vive por la fe, usted conocerá a Dios y, usted vivirá eternamente. Jesús oró en ese capitulo y dejó claro que no hay misterios para la salvación. Reconocer a Dios como único y verdadero y reconocer a Jesucristo le da la vida eterna, de lo contrario, independiente de sus recursos y capacidades, usted va a perder. Usted precisa de Dios, el sempiterno y de Jesucristo, su hijo y Salvador.

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