PALABRAS

Persevere y mire para Dios

Usted es quien escoge decir que usted es mayor. Es Dios o su problema

01/11/2017

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

Eclesiastés 11.4 no es apenas sobre sembrar y recoger semillas, sino sobre la calidad de vida que buscamos, el bienestar. Ninguno de nosotros quiere ser derrotado, fuimos llamados por Dios para vencer, solo que la receta para vencer en la vida está en la palabra de Dios, en la biblia sagrada. El viento citado en el versículo representa las adversidades, la tribulación. Ese viento y esas nubes son las adversidades, las batallas diarias que usted y yo tenemos y , a veces, tenemos ganas de parar, de desistir. Ocurre conmigo, con los obispos, con los pastores, con los obreros y con usted. Estamos en un mundo en que todos estamos sujetos a eso y hasta Jesús enfrentó vientos contrarios y estuvo en un barco azotado por el viento. La diferencia es que Jesús usó su autoridad para calmar los vientos. Nuestra vida no siempre será un mar de rosas, pero cuando el viento sople y las nubes se queden cargadas y la tempestad asole, tenemos que continuar sembrando, creyendo, buscando, perseverando. Ese sembrar es perseverar. Quien conoce de cosechas sabe que, en época de lluvia, no se puede plantar, porque las semillas se pudren, pero en el campo espiritual, la batalla y la siembra y la cosecha son diarias. Dios nos hizo para que sembremos y recojamos diariamente, para que no desistamos, para que seamos vencedores, victoriosos todos los días de nuestra vida. Oír , dar crédito a algo que abale su fe, es observar el viento. Son asuntos nocivos para su vida, para su fe. La vida siempre presentará dos caminos, Jesús y el viento. Cuando el viento azotaba el barco, Pedro vio a Jesús y anduvo sobre las aguas, pero al mirar para el viento, comenzó a hundirse. El gran problema, la preocupación de quien estaba en el barco era el viento. Aquel que mira para los problemas no puede vivir bien, solo quien mira para Jesús. Cuando miramos como humanos, vemos y pensamos que no hay solución y es como si limitáramos el poder de Dios. Muchos tenemos esa costumbre.

Cuando Jesús anduvo sobre las aguas, Él era de carne y hueso intentó decir que, así como no existe nada imposible para Él, también no existe imposible para nosotros, cuando estamos con Dios y con Jesús.

Si existe un pueblo que reconoce a Dios es éste, por ver el poder de Dios manifestarse en esta obra y creer que su milagro vendrá a través de la fe y de las instrucciones que tenemos. Podemos notar el poder de Dios, pero muchos prefieren mirar para el viento. Lo que mantenía y sustentaba a Pedro sobre las aguas era mirar para Jesús. Dios nos da el privilegio de escoger mirar para la fuerza del viento o para el poder de Dios. Efesios 6. 10 dice para que nos fortalezcamos en el Señor y en la fuerza de Su poder. A veces intentamos convencer a Dios que no hay solución para nuestro problema, cuando nuestra esperanza comienza a enfriarse. Pero Dios dice: sí hay solución. Su problema no parece tener solución en cuanto usted lo está mirando, pero cuando usted comience a mirar para Dios, su problema parecerá que acabó , porque quien mira para Dios no ve las nubes, porque Dios es mayor.