PALABRAS

Sueñe de nuevo

Dios reanima su fe, como hizo con la fe de Abram

27/10/2017

Por: Bishop Alex Silva

En Génesis 15.1, Dios anima a Abram, que cada día veía el sueño de ser padre más distante. Él y su esposa ya estaban con una edad avanzada, ella era estéril y él comenzó a desanimarse, comenzó a perder las esperanzas de realizar su sueño. Para animarlo, Dios le dijo que no tuviera miedo, pues Dios era su escudo y su recompensa. Nuestro Dios es grande y prometió un galardón grandioso, porque todo lo que Él hace es conforme a su proporción. Vea en la Biblia los hechos memorables de Dios, porque todos son grandiosos, extraordinarios. Si es necesario, Dios mueve el cielo y la tierra, todo, por su vida, como el terremoto que Él hizo para libertar a Paulo y a Silas. Él cierra la boca de los leones, calma la tempestad, abre el mar, hace de todo para cumplir Su promesa y hace cosas grandes. Abram le respondió a Dios que, aunque el Señor prometiera lo grandioso a él, lo extraordinario, él quería lo pequeño, lo simple, lo que todos suelen tener, un descendiente, un heredero. Palabras dichas con desánimo. Muchos de nosotros también observamos los problemas y, como nos parece distante el milagro, nos desanimamos, comenzamos a pensar que las dificultades serán mayores. Dios promete en Su palabra que nos haría cabeza no cola. Sabía, Dios hoy quiere animarlo para que usted crea de nuevo y reciba lo que Él tiene preparado para su vida. Por más imposible que parezca, por más osado que sea su sueño, Dios puede hacerlo realidad. Para bendecir a Su pueblo, Dios ya paró el sol y la luna, Él puede cualquier cosa que decidir, para que se cumpla Su promesa en su vida.

Usted necesita volver a creer, como Abram necesitaba. El propósito de la obra de Dios, de cada trabajo nuestro, es hacerle recordar que Dios es contigo y orar juntos, garantizar que su victoria vendrá y usted será vencedor en todos los sentidos y aspectos de la vida, porque Dios hace por completo la obra . Vuelve a soñar, porque Dios realizará tus sueños.

Dios dejó a Abram hablar y rápidamente respondió que el heredero de él sería generado de la manera que Dios decidiera, porque Dios lo hace a su manera, no como queremos o imaginamos que debe ser. Dios condujo a Abram hacia fuera porque cuando estamos dentro de algún lugar, nuestra visión queda limitada por las paredes, por el espacio. Dios quería que Abram dejara de tener duda, tener miedo y conquistase una visión lejana, mayor, que reconocía que Dios es dueño del infinito y que así como no conseguimos contar las estrellas, así sería el tamaño y la cantidad de milagros que Dios haría y hace en nuestras vidas. No tenga miedo, porque así como Dios hizo sobre Abram y cumplió la promesa, también lo hará en su vida, de modo que, el día que usted venga testificar, usted no sabrá por dónde empezar, de tanta victoria que va a tener para contar.