PALABRAS

Cuando Jesús decide honrar, nada puede impedirlo

Usted, que hace la obra , precisa conocer el poder que Dios le dio.

11/10/2017

Por: Apostle Valdemiro Santiago

Cuando Dios dice en Isaías que crió hijos, Él habla de la posición en que nos colocó. Lo que hace que un obispo o un pastor desistan es que dejan de entender que Dios es quien lo engrandece en todo lo que él hace. Amán dominaba desde la India hasta África, 127 provincia y era acometido por un demonio que quería la muerte, el fin de los judíos . Ese mismo demonio continua usando a muchos que piensan que son poderoso y que persiguen a los evangélicos, al pueblo de Dios. Aún así, pasamos muchas dificultades para conseguir hacer la obra de Dios. Ya sufrí mucho, fui humillado, expulsado de mi casa, sin dinero, sin condiciones, sin salud. Pasamos por muchas luchas, pero Dios no permite que nada venza sobre nuestra vida. Cuando pensamos en injusticias, es porque no comprendemos todo lo que Dios nos da y las innúmeras veces que Dios nos honra. Nosotros somos los Mardoqueos de hoy y Dios es el rey que hace decretos irrevocables. En Ester 6 se dice que, Amán le tenia odio a los judíos, principalmente a Mardoqeo. Dios nos colocó en una posición que no es apenas social, en la jerarquía del poder mayor, el único poder permanente, es el poder de Dios. Nosotros, los pastores y los obispos, somos llamados en la biblia como los ángeles de la iglesia. Lo que Dios nos dio es extraordinariamente grande y, si Dios decidió honrar, ¿ quién podrá impedir la voluntad de Dios? Dios es por nosotros, nada podrá detenernos ni podrá contra nosotros, pero aun así, cuantas son las veces en que nos desanimamos, nos preocupamos sobre a quien le caemos bien o no, si ve o no nuestro trabajo, si somos o no honrados por los hombres. Quien decidió honrarnos no fueron los hombres. Esta obra sufre ataques y posiblemente haya fuerzas preparadas para nosotros, pero jamás será extinguida. Pero esta obra será llevada para la gloria. Lo que hacemos es más importante que cualquier empleo, segmento, profesión. Aunque todas sean nobles e instituidas por Dios, nosotros estamos en una profesión de profetas. Incluso ser rey es una posición importante, pero el profeta no consultaba al rey, el rey consultaba al profeta. El profeta es mayor, porque Dios así lo estableció. En algunos momentos, nosotros no nos damos cuenta de cuan grande es en nuestras vidas y como Él cumple nuestra palabra, honrándonos por la fe. Mardoqueo era el principal de los judíos. Ester era la reina y no tenía autoridad por el cargo, sino por la fe. Entre el pueblo de Israel, la reina no podía hablar con el rey y, si cuando la reina entraba el rey levantaba su cetro y lo extendía hacia ella, ésta podía morir. Imagínese el poder de Amán, que recibió el anillo dándole el poder de hacer lo que bien entendiera. El poder, la autoridad, en las manos de personas perturbadas, son cuestiones problemáticas y los hace nocivos a la obra de Dios. Se convierten en instrumentos, armas pesadas del diablo para combatir la obra. Amán era uno de esos. Contra Amán, los judíos eran extremadamente vulnerables. Históricamente, el pueblo de Dios siempre dependió de Dios y exigió derechos iguales y las mismas oportunidades que todo segmento tiene, porque tenemos fe, sabiduría y la dirección de Dios. Cualquiera que se someta a Dios y lo honre, será honrado por Dios y el pueblo de Dios no es avergonzado y prospera más que todos aquellos que están a su alrededor.

Aunque su alma se aflija con situaciones que considera irreversibles, son situaciones carnales, porque usted nunca será destruido mientras honre a Dios y verá la solución por la fe. Cuando Dios decide honrar a alguien, poco importa la situación , porque Dios hace cosas que asustan a cualquier persona.

Dios es mucho mayor de todo aquello que usted y yo podamos imaginar. Usted fue llamado y cuando Dios llama, su ministerio estará garantizado desde que éste sea fiel y mantenga su fe. Usted precisa usar su habilidad para conquistar el Reino de Dios. Amán tenia la suficiente autoridad para matar a quien él quisiera, mentira, porque no podía matar a quien Dios quisiera honrar, porque a esos, es Dios quien puede determinar el fin de la carrera. Ni pueden dar fin a la suya ni usted puede retirar la carrera de nadie. Dios en la persona del rey Asuero, le dijo a Amán, que era la mayor amenaza al pueblo judío, tuvo que acompañar a Mardoqueo honrado. Igual que el hijo prodigo en la parábola, Mardoqueo, que era visto como el bobo de la corte, salió con la corona del rey, el anillo, las vestimentas y los calzados, en el caballo del rey. Así Dios nos quiere, honrados, disfrutando de todas las riquezas y la grandeza de Dios. Si honrásemos y aplicáramos nuestra fe, nosotros cambiaríamos el mundo en pocos días, antes de morir. No es como nosotros imaginamos, sino de la manera que la palabra de Dios dice y Él quiere honrarnos.