PALABRAS

Quédese a los pies de Jesús.

Cuando Lo reciba , olvídese de sus preocupaciones y problemas y dé atención al Señor.

15/10/2017

Por: Bishop Roberto Santana

Quien hospeda tiene la responsabilidad de cuidar y darle atención a sus huéspedes. En Lucas 10.38, Marta hospedó a Jesús, pero fue María quien se quedó con Él, a sus pies. Muchos de nosotros hemos buscado hospedar a Jesús y no hemos tenido el cuidado y la educación de quedarnos junto a Él y darle atención. Marta se quedó ocupada , trabajando en la casa, mientras María se sentó con el Señor, Lo reconoció, fue humilde. No es que Marta no hubiera sido humilde sino que, ella dejó que las preocupaciones y las tareas de la casa la apartaran de Jesús. Muchas personas dentro de la iglesia se preocupan tanto con los problemas y las tareas de fuera que obstruyen la relación de ellas con Dios. Las preocupaciones hacen que muchos se pregunten si Dios los atiende, los oye, si cambiará su suerte. El objetivo de Jesús cuando fue para casa de Marta y de María era enseñarlas. Marta estaba muy ocupada. Las preocupaciones incluso dentro de la iglesia hacen que las personas se alejen de Dios. Lo que es necesario, como Jesús les dijo a ellas, es estar a los pies del Señor, estar cerca de Dios.

Solamente Dios puede bendecirlo. No deje que sus preocupaciones y problemas lo alejen de los pies de Dios. Si con Él, ya no está fácil, imagínese cómo sería vivir lejos de Él. Marta se quedó angustiada, desesperada, porque ella estaba sola sirviendo mientras que la hermana se quedaba a los pies de Jesús.

Las preocupaciones , en el campo espiritual , no son cosas buenas, son brechas que dejamos y el diablo puede aprovecharlas para entrar en su vida y hacer un estrago. Esa preocupación porque ocurra un cambio en su vida no puede llegar al extremo de impedir que reciba su victoria, su cura. La iglesia es una tierra de paz, no deje que nada ni nadie lo incomode aquí. El hijo prodigo pensó que sería mejor alejarse de Dios, agarrar lo que era de él e intentar la suerte. Él se quedó en la miseria, pero cuando cayó en sí se acordó que hasta los trabajadores contratados que trabajaban para su padre tenían hartura, mientras que él pasaba hambre. Él volvió , recibió agrados y el hijo más viejo se indignó apenas para oír del padre su mayor privilegio, pues todo lo que es del padre, es de él , por estar siempre con el padre. Precisamos someternos, doblegarnos al Señor Jesús, no para el mundo, para sus ofertas o para las luchas y las preocupaciones que éste presenta. Usted necesita lanzar para afuera sus preocupaciones, inquietudes y estar a los pies del Señor. El hombre puede quitarle todo, menos a Dios de su corazón. Mientras Brasil y el mundo se queden a los pies del Señor, tendremos luchas, dificultades, pero estaremos protegidos, guardados.