PALABRAS

Oración Incesante

Sepa que la única manera que tenemos de vencer las batallas es orando.

04/10/2017

Por: Bishop Roberto Santana

En Hechos 12.1-3 está escrito: “Entonces, por aquel tiempo, el rey Herodes echó mano de algunos de la iglesia para maltratarlos. Y a Jacobo, el hermano de Juan, lo hizo matar a espada. Al ver que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro”. Herodes colocó un servicio de custodia bien fuerte, como si fuera vigilar a un hombre peligroso y violento. La intención era encarcelarlo para que el hombre de Dios fuera usado como espectáculo para el pueblo. Mientras tanto, la iglesia oraba sin cesar a favor de él, puesto que, los fieles sabían que encarcelar, humillar y matar eran prácticas comunes en los días en que se realizaba la fiesta de los panes sin levaduras, en el periodo de la Pascua.

La verdad es que no podemos parar, desistir, desanimarnos delante de esos obstáculos gigantes en la vida. Precisamos continuar orando, clamando, porque Dios es fiel en sus promesas. Él las cumple todas, no falla.

Humanamente hablando, era imposible que Pedro pudiera escapar de aquella situación triste, humillante y deprimente en la que se encontraba. Él estaba esposado, encadenado en los pies y vigilado 24 horas . Pero, la noche anterior al juicio, un ángel se le apareció y le dijo que Lo siguiera. Las cadenas de Pedro se abrieron solas y él siguió al ángel, pasando por los centinelas hasta salir de la prisión. El portón de hierro que daba a la ciudad se abrió solo y Pedro consiguió escapar. Cuando el ángel desapareció, repentinamente, Pedro comprendió lo que había ocurrido. Una luz iluminó la prisión y lo liberó de aquella cárcel. Era todo lo que él precisaba en aquel día terrible. Hay momentos en nuestras vidas en los que nos quedamos desorientados y también esperamos esa luz , la luz que ayudó a Pedro. Él era tan ungido que hasta su sombra curaba a las personas, pero en aquel momento difícil, se quedó sin salida hasta que apareció el ángel. Trayendo esa situación para los días de hoy, tal vez usted se esté sintiendo así, o sea, con soldados de Satanás a su lado. El objetivo de ellos es no dejar que su vida cambie, camine. Pero, por más que usted no encuentre una salida, continúe orando. En realidad, el diablo no puede hacer nada contra usted. El diablo es un derrotado y un fracasado y él sabe eso. Sin embargo, no se da por vencido e insiste para que haya alguien que ceda a sus investidas, pedidos. Sepa que la única manera que tenemos de vencer las batallas es orando. Tal vez alguien viendo su vida le diga que no hay más solución para usted; que no va a conseguir escapar de esa dificultad financiera que está atravesando, de ese problema de salud que está pasando. Tal vez alguien le diga que no saldrá de ese problema emocional o conyugal que está viviendo, pero tenga la absoluta seguridad de que, si usted ora sin cesar, Dios le dará la solución. Nunca pare de luchar . Ore y crea solamente. Que Dios lo bendiga y lo guarde.