PALABRAS

Vigile y guarde su corazón

Alivie su alma

07/10/2017

Por: Bishop Roberto Santana

Hemos visto rumores de guerras, terremotos, epidemias y otras tantas catástrofes y maleficios ocurriendo, que nos dejan perplejos. Sin embargo, en Lucas 21.29 en adelante, Dios nos dice que esa generación será dejada para atrás y Dios es fiel para cumplir con Su palabra. Jesús nos aconseja que no intentemos cargar un peso mayor que aquel que podemos cargar. Usted necesita cuidar su corazón, para que éste no se quede sobrecargado con las preocupaciones de este mundo, las orgías y la bebedera. Usted no puede preocuparse con las cosas del mundo; con las persecuciones que llegan a su vida, pero vigile, cuide de su corazón. Usted no puede olvidarse que todo podemos en Aquel que nos fortalece. Jesús dice que todo es posible al que cree, pero para eso, precisamos vigilar con nuestro corazón y vaciarnos de toda maldad. Mantenerse alerta es la orden de Dios.

Es necesario que usted se mantenga firme después de todo lo que fue lanzado contra usted; como si nada hubiera ocurrido. Para eso es necesario tener el corazón limpio, retirar el sobrepeso del corazón, vigilar dentro y fuera de sí mismo. Cuidado con todo y todos a su alrededor.

Al igual que un ladrón busca facilidades para asaltar, casas abiertas, personas que no están atentas, locales menos vigilados, brechas para hacer lo que él necesita para robar. El diablo busca lo mismo en nosotros, en nuestras vidas, para robar, matar y destruir. Él quiere la oportunidad para infiltrarse y hacer lo que él quiere. Por eso, vigile iglesia. Cuando usted ora, pedimos que usted cierre sus ojos para que se concentre en la oración. Olvide lo que ocurre a su alrededor, en su vida y enfóquese en Dios. Pero usted necesita abrir sus ojos y vigilar. Precisamos orar, clamar y además vigilar. El mundo yace en el poder del maligno y éste quiere matar nuestra fe. No acumule el mundo entero dentro de su corazón, porque él es perjudicial para usted. Por más que usted sea una persona de fe y oración, saque ese peso del corazón, déjelo leve, no deje que el diablo contamine su corazón y pierda su salvación. Todo pasa, Dios permanece. Permanezca con Él, vigile y ore, adore.