PALABRAS

Llore, ayune, ore y persevere en el Señor.

Su victoria vendrá en el tiempo de Dios, cuando usted esté preparado para ella.

12/09/2017

Por: Apostle Valdemiro Santiago

Daniel cuenta, en Daniel 10.1 en adelante, que lloró por tres semanas, angustiado, desesperado y preocupado. Probablemente, muchos de nosotros también estemos así, ya que vivimos en un mundo lleno de problemas y conflictos, de vanidades y codicia, envidia. El llanto de Daniel vino acompañado de ayuno y oración y una persona orando de esa forma toca, alcanza el mundo entero. Usted precisa tener noción del poder de la oración. Sepa que usted no necesita de ninguna técnica para orar, Dios escucha su oración no por lo que sabe, sino por lo que su alma expresa, por lo que dice y desea su corazón. Daniel se angustió con la situación en que vivía y la única solución de él fue llorar y orar, porque solamente Dios puede cambiar su vida, a través del llanto, de la oración y del ayuno. Es decir, la oración incesante. Las personas más prósperas de la biblia muestran que la receta de su prosperidad fue la oración incesante. Daniel tenía una vida bendecida. Él fue para Babilonia como esclavo y fue conquistando porque él oraba en la mañana, por la tarde y por la noche, a tal punto que hicieron un decreto contra las oraciones durante un mes para afectar a Daniel.

Daniel y, muchas veces nosotros también, no vemos otra salida a no ser orar y llorar. Algunas iglesias separan a las personas por grupos, pero la oración no tiene nada que ver con palabras bonitas, sino en entregar el corazón para Dios. La oración fuerte viene de aquel que tiene el corazón limpio.

Algunas personas consiguen ver en la palabra , la salida para sus problemas consiguen ver lo que Dios quiere entregarle, mientras que otros no perciben lo que es predicado. Daniel estaba con muchos, pero apenas él vio el ángel. Daniel estaba cabizbajo, sin expectativas, sin salida. Si usted levanta la mirada, también verá la solución. Aquel ángel fue el que transformó la vida de Daniel y, si él no hubiera levantado los ojos para el cielo, no lo habría visto. Nosotros estamos juntos adorando a Dios y ni siempre tenemos la misma visión, pero mi visión es que Dios hará cosas grandiosas sobre nosotros. Los hombres que estaban con Daniel huyeron porque no estaban preparados, no estaban ayunando , orando ni llorando. Algunas cosas extraordinarias le suceden solamente a aquel que busca a Dios de verdad. La visión es la respuesta de Dios. Daniel solo precisaba levantar la cabeza. Fue levantando la mirada que vino la respuesta. David decía que miraba para lo alto y sabía que su socorro venía de Dios. Los que estaban con Daniel huyeron. Si la respuesta llega en su vida, no huya . No es siempre que Dios le habla lo que usted quiere oír, Él habla lo que usted precisa oír. Las grandes respuestas como las que Daniel esperaba solamente vienen a través del llanto, del ayuno y de la oración. La biblia tiene 366 veces la palabra no tema, una para cada día del año, sólo que las expresiones pueden ser : no se asuste, no se espante, que tienen el mismo significado. La respuesta de Dios es perfecta. El mismo ángel dijo que el mismo día Dios oyó las oraciones de Daniel y aquel ángel extraordinariamente poderoso, lindo y maravilloso sólo llegó a Daniel por causa de la oración. La entrega, la visión y la respuesta vienen en el momento que estemos preparados, pero Dios oyó su oración desde el primer día. Daniel se humilló y aplicó el corazón. Aplicar el corazón es hacer con mucha fuerza, voluntad, placer, comprender lo que es necesario. Daniel hizo eso, usted también precisa hacerlo. Quien intentó parar lo que vendría de Dios fue el diablo. Dios permite que el diablo resista para ver como aplicamos el corazón. Sepa que, el ángel del Señor jamás será derrotado. Su victoria comienza en el momento de su llanto, cuando dobla sus rodillas y comienza a clamar , cuando comienza a humillarse con la certeza que Dios ya escuchó y te envió la victoria. Tenga esa fe, esa visión y levante su mirada para Dios.