PALABRAS

Dios tiene prisa para bendecirte

“Porque mi hijo estaba muerto, y revivió, se había perdido , y fue hallado (…)

28/08/2017

Por: Bishop Jorge Pinheiro

Allá en Lucas 15.11 y 12 dice:” «Un hombre tenía dos hijos, 12 y el menor de ellos le dijo a su padre: “Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.” Entonces el padre les repartió los bienes”. El padre de aquel joven podía haberle negado la herencia; pero no, él le entregó todo el joven, todo a lo que él tenía derecho. Así es Dios, ni todo lo que pedimos Él tiene la obligación de entregárnoslo , porque no es el momento; pero en algunas veces, somos hijos obstinados y lo queremos para aquel momento, y el Señor nos concede aquella herencia. Unos días después, el hijo menor juntó todas sus cosas y se fue lejos, a una provincia apartada, y allí dilapidó sus bienes llevando una vida disipada”, Lucas 15.13. Aquel muchacho, quiso seguir su vida lejos de los ojos del padre y de una forma que creía ser la correcta, gastando todo el dinero de la herencia con deseos de la carne. ¿ Cuántas veces nosotros salimos de la presencia del Padre para vivir de manera que hace bien para la carne?,¿cuánto tiempo y dinero ya perdimos para satisfacer nuestra carne? Mi hermano y mi hermano , eso sólo nos llevará para el fondo del pozo, porque estamos haciendo todo aquello que no agrada a Dios.

El problema no es ser libres, porque en Jesucristo somos libres; sino lo que hacemos con la libertad, tenemos la opción de decidir los caminos que queremos seguir; pero Dios nuestro Padre celestial preparó los mejores planes para nuestras vidas, ¿ y mismo así usted quiere seguir con aquello que está en su cabeza? Busque en el Señor lo que Él tiene para su vida. Cuando ya lo había malgastado todo, sobrevino una gran hambruna en aquella provincia, y comenzó a pasar necesidad”, Lucas 15.14. La crisis llegó en aquel país que el joven estaba. Y como él había gastado con cosas fútiles, no tenía dinero para alimentarse.

La Biblia todavía relata que aquel mozo fue para la hacienda de un hombre para cuidar de los puercos, y por sentir tanta hambre deseaba comer aquello que ellos comían. Finalmente, recapacitó y dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen pan en abundancia, y yo aquí me estoy muriendo de hambre! Pero voy a levantarme, e iré con mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y no soy digno ya de ser llamado tu hijo; ¡hazme como a uno de tus jornaleros!’ Lucas 15:17-19. En aquel momento, aquel joven decidió volver para la casa de su padre de la misma manera en que estaba, sucio, hambriento, con las ropas viejas y sin zapatos. Mi querido, vuelva para la casa de Dios, no interesa lo que usted hace, cómo usted está, apenas venga, porque en los brazos del Padre es el mejor lugar para estar. así, se levantó y regresó con su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y tuvo compasión de él. Corrió entonces, se echó sobre su cuello, y lo besó”. Lucas 15:20. De la misma manera que él vio a su padre de lejos, su padre también lo vio. Nuestro Padre, el Creador del Universo, también nos ve de lejos. Y cuando estamos corriendo a su encuentro, Él viene de brazos abiertos para recibirnos, venga experimentar esa experiencia con nuestro Señor, venga ahora, así como está, porque Él lo está esperando. Aquel día, hubo mucha alegría en aquella hacienda, el padre le dijo a los trabajadores que trajeran deprisa la mejor ropa, los zapatos, y que prepararan una fiesta, pues “porque este hijo mío estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y lo hemos hallado.” Y comenzaron a regocijarse. Lucas 15:24. Nuestro Dios tiene prisa en bendecirlo, Él quiere darle las mejores cosas, venga mi querido, vuelva para la casa del Padre.