PALABRAS

Sea un hombre de fe

“( ….) De cierto les digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe

05/08/2017

Por: Obispo Jorge Pinheiro

Cuando Jesucristo el Salvador, llegó a la ciudad de Cafarnaúm, se encontró con un centurión, que le rogó: «Señor, mi criado yace en casa, paralítico y con muchos sufrimientos.» Mateo 8. 6 El centurión se le acercó a Jesús para rogarle por la bendición de su criado, pues éste estaba completamente seguro que solamente el Nazareno podría curarlo y sacar de esa situación que vivía en aquel momento el criado.

Entonces, Jesús con su humildad característica le respondió al hombre: “«Iré a sanarlo.» Mateo 8.7. Jesucristo, muestra más una vez su bondad con el prójimo, Él no lo pensó dos veces y fue hasta la casa de aquel centurión y llevó la cura. Así, Él es contigo mi hermano, ore al Señor, dígale cual es su dificultad, dígale que es lo que necesita , donde quiere que sea transformado que Él no lo pensará dos veces, entrará inmediatamente en su hogar llevando la cura, el amor, la prosperidad y todo aquello que usted desee.

El centurión le respondió al Creador:” «Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa. Pero una sola palabra tuya bastará para que mi criado sane”. Mateo 8.8. En este momento, aquel hombre probó al Padre el tamaño de su fe, mostró la confianza que había depositado en Él. Tenga al centurión como un ejemplo, deposite su fe completamente en el Señor, coloque todas sus dificultades y anhelos en las manos del Padre, crea que basta una palabra que usted será curado, crea que nuestro Dios es todo poderoso y que puede cambiar la situación con una única palabra. Porque yo también estoy bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes. Si a uno le digo que vaya, va; y si a otro le digo que venga, viene; y si le digo a mi siervo: “Haz esto”, lo hace.» Mateo 8.9 El centurión tenía autoridad sobre sus soldados y sabía ejercerla, tenga eso como más un ejemplo de este hombre para su vida, Dios nos dio autoridad por el nombre de Él, sepa usarlo. El principio básico de la autoridad es reconocer que existe una autoridad arriba de la suya, aquel hombre tenia autoridad sobre sus soldados; pero reconoció que Jesús era mayor. Así ocurre en nuestras vidas, tenemos autoridad, pero también tenemos una arriba de nuestras vidas, de la misma forma que precisamos ejercerla también precisamos saber obedecer la orden que viene de arriba. Y Jesús le respondió para aquel hombre: “Al oír esto Jesús, se quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «De cierto les digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Mateo 8. 10. Imagina la alegría de aquel hombre al escuchar aquello de Cristo, tenga esa fe mi querido, crea verdaderamente que nuestro Dios puede todo con apenas una palabra.