PALABRAS

Milagro Urgente

Precisamos agradecer al Señor dentro de Su casa.

12/07/2017

Por: Obispo Jorge Pinheiro

Había un cojo de nacimiento, que era llevado todos los días a la entrada del Templo para que pudiera pedir limosnas. Él dependía de otras personas para sobrevivir, para moverse y para alimentarse.

El Señor Jesús no quiere que usted dependa de otras personas para tener el pan de cada día, sino Él te da fuerzas y abre puertas de empleo para que usted trabaje y reciba de su sudor. Necesitamos entender que Él es nuestra fuerza, y pensar apenas en el hoy, porque el mañana pertenece exclusivamente a Él. Dios suplirá nuestras necesidades, no necesitamos preocuparnos con el pan del mañana, porque Él y preparó nuestra bendición, crea y confíe.

Entonces, Pedro y Juan estaban subiendo juntos para ir al templo. Cuando se aproximaron, el cojo enseguida les pidió limosnas esperando que ellos dieran algo, una ropa, un zapato o algún alimento. Entonces Pedro, que estaba con Juan, fijó la mirada en el cojo y le dijo: «¡Míranos!» hechos 3.4 En ese momento el cojo los miró y pensó: “Ah, hoy mi cena está garantizada” o “Ellos no me van a dar nada”; pero nunca pasó por la cabeza que recibiría algo que cambiaría su vida para siempre. Cuántas veces pasamos cerca de personas necesitadas y les damos apenas unas monedas o ni tan siquiera los miramos, fingimos que no existen, y lo principal que es el amor de Jesucristo, lo guardamos apenas para nosotros, no dividimos con el prójimo. Pero Pedro con toda la sinceridad y fidelidad a Dios respondió: “«No tengo oro ni plata, pero de lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!» Hechos 3.6 Pedro, no tuvo miedo de liberar la Palabra de cura en la vida de aquel paralitico y aquel cojo no tuvo dudas de que nuestro Señor Jesucristo era capaz de hacer. Él apenas siguió la orden de aquel Apóstol Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó, ¡y al momento se le afirmaron los pies y los tobillos! .El cojo se puso en pie de un salto, y se echó a andar; luego entró con ellos en el templo, mientras saltaba y alababa a Dios. Hechos 3.7-8 Dios nos está sorprendiendo siempre, así como allá atrás Él liberó el milagro para aquel cojo, Él quiere hacer en mi vida y en su vida mi hermano, porque para nosotros el problema hasta puede parecer grande; pero para Dios el todo poderoso aquella situación es pequeña, basta confiar y Él librará una palabra y todo se resolverá. Crea que usted alcanzó su milagro urgente, porque usted como hombre y mujer necesita hacer el papel del ser humano que es creer, y Dios hará la parte de Él que es tornar posible aquello que es imposible. Aquél cojo se puso de pie de un salto y fue a glorificar en el templo, y es eso lo que Deus quiere mi querido, precisamos saltar de aquella dificultad, de aquella enfermedad, de aquel vicio, de aquella derrota, de aquella tristeza y de tantas otras cosas que nos alejan del Señor, porque Él es Dios para obrar aquel milagro urgente. Él es lo que torna nuestro sueño realidad. En el instante que Él recibió su cura, aquel hombre fue para la casa de Dios para agradecer por el milagro, y precisamos tener esa acción como ejemplo mis hermanos, precisamos agradecer al Señor dentro de Su casa y permanecer en los caminos para siempre. Precisamos dar valor a lo que tenemos; pero sin olvidar lo que somos y de dónde Jesucristo nos sacó, para que el mundo pueda ver el milagro en mi vida y en la suya, así como, cuando el ex cojo entró en el templo saltando y glorificando todos pudieron ver que había ocurrido un milagro, ellos precisan ver en nuestras vidas. ¡Todo lo que ocurre en nuestras vidas es para la honra y gloria del Señor!