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Sepa colocarse delante de Dios

Salomón honró a Dios pidiéndole sabiduría y conocimiento para gobernar Su pueblo, con humildad

24/06/2017

Por: Obispo Jorge Pinheiro


Sepa colocarse delante de Dios
FOTOGRAFÍA: Divulgação

En 2 Crónicas 1.7 Dios se le apareció a Salomón en sueños y, ¿cuántos de nosotros tenemos sueños? Salomón fue constituido rey de Israel y, ante las luchas que él estaba próximo a enfrentar, observó el tamaño del pueblo de Israel y la responsabilidad que estaba sobre sus hombros y quiso hacerlo de la mejor manera posible .Muchos quieren poder para beneficio propio, no para ayudar a las personas.

Precisamos hacer siempre lo correcto. No existe término medio entre lo que es correcto o no, o es o no es. El ladrillo es hecho de barro y éste, o es barro o es ladrillo, porque el ladrillo hecho de barro es un ladrillo mal hecho. Salomón quería hacer las cosas de la mejor forma posible. Dios le preguntó a Salomón cual era su pedido y él pidió para el pueblo, para ser un buen rey. Él había acompañado el reinado de David y sabía que Dios había bendecido y prosperado a su padre, por benevolencia.

Si las personas honraran más a Dios, el mundo sería diferente; porque todo lo que es bueno viene de las manos de Dios y, no son todos los que reconocen eso, infelizmente. Salomón se dio cuenta de eso y honró al Señor. El pueblo de Israel era numeroso y los problemas generalmente son proporcionales al número de personas. Nosotros, de la Iglesia Mundial del Poder de Dios, sabemos muy bien eso. Salomón podía haber pedido cualquier cosa;mas pidió sabiduría y conocimiento para poder estar frente a ese pueblo. Son pocos los que buscan eso. La mayoría buscan riquezas, poderes y no piensan que sin sabiduría, el dinero se va, que sin conocimiento, los casamientos acaban. Lo que falta es sabiduría y conocimiento en la mayoría de las personas. Salomón entendió que precisaba de conocimiento y sabiduría de parte de Dios, que es accesible para todos. Dios pesa nuestros corazones y, si queremos el bien, si amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, Dios nos bendice y multiplica todo en nuestra vida .La viuda tenía apenas lo suficiente para ella y su hijo e iban a morir; pero el profeta le pidió que le trajera primero para él un poco de pan antes de que ella y su hijo comieran y ella se lo dio. Generalmente las personas piensan en sí mismas primero; pero cuando aquella viuda pensó en el profeta en primer lugar, como prójimo, hizo que Dios la bendijera y la harina y el aceite de la vasija no acabaran más hasta el día en que el Señor diera lluvia sobre la superficie de la tierra. Eso es amar al prójimo. Salomón entendió que la sabiduría y el conocimiento de Dios lo enriquecen, pero la riqueza no te aproxima de Dios. Para muchos ser honrado, reconocido, tener bienes, posesiones, es más importante que las otras cosas. Siempre existen aquellos que nos aborrecen, que quieren nuestro mal. Salomón también los tenía, pero no les dio importancia. Dios es juez justo y Él puede castigar; pero Él nos dice que no debemos alegrarnos cuando Dios castigue a otro, o Él nos castigue también, porque Dios no quiere el mal de nadie y nosotros tenemos que amar a todos como a nosotros mismos. Si Dios atendiera el deseo de aquél que está aborrecido, ¿cómo sería nuestra vida? Seguramente, nosotros ya hemos aborrecido a muchos , hasta Jesús que era Santo, aborreció a muchos a tal punto que prepararon una trampa contra Él, traicionándolo y matándolo. Si Dios atendiera , no sobraría nadie .Pero Salomón no pidió eso. Él también no pidió vivir muchos años. Él pidió conocimiento y sabiduría e imagino la alegría de él cuando Dios le dio conocimiento, sabiduría, su mente y su visión abriéndose y alterándose. Pero eso no bastó, porque Dios le dio lo que él pidió y añadió lo que él no había pedido porque vio en él un buen corazón, buenas intenciones y se agradó de la manera como él se colocó y de aquello que pidió. Muchos desperdician la oportunidad de pedir el bien a Dios y de ser más humildes y conquistar el corazón de Dios y acaban perdiendo la oportunidad de recibir más. Nosotros no somos merecedores de nada, todo viene de la misericordia de Dios hacia nosotros. Él sabe que necesitamos de salud, morada, de empleo, de dinero; pero tenemos que humillarnos debajo de la poderosa mano de Dios para que Él nos exalte. Vea como el orden de las cosas son atropelladas por los hombres, que dan valor a tantas cosas; pero se olvidan de las más importantes. Dios es padre y quiere que tengamos todas las cosas, basta que lo busquemos en primer lugar y las otras cosas nos serán añadidas. El pedido de Salomón nos enseña muchas cosas. Algunos nunca se satisfacen con lo que tienen y su corazón precisa tener esperanza. Dios seguramente le proporcionará lo que usted quiera; pero usted precisa estar en comunión con Dios, tener un compromiso con Él, vigilar su vida, medir sus palabras para no entristecerlo. Nuestras palabras pueden agradar o desagradar a Dios. No le dé más importancia a los beneficios que Dios le da que tener una vida en Dios . La forma como nos colocamos ante Dios es mucho más importante.

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