PALABRAS

Llame al Señor mientras Él esté cerca

Invoque a Jesucristo siempre

17/06/2017

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

En Romanos 10.8, dice que la palabra de Dios está cerca de nosotros. Nadie tendrá justificaciones o disculpas. La misma internet que es usada con tantas finalidades también será usada para sembrar la palabra y llevar el Poder de Dios. Jesús es la palabra, como dice Juan 1 que coloca a Jesús como Verbo o Palabra. Él estaba con Dios.

Es mi responsabilidad hacer que este Verbo, esta palabra, este Cristo, esté en la boca y en el corazón. Hablar de Él, sobre Él. Corazón es pensamiento y, si Jesús está en su pensamiento, entonces, Él está en su corazón .Él vivió entre nosotros, resucitó de entre los muertos y todo lo que Él dijo es lo opuesto al odio, a la guerra, a la miseria, a la angustia .Este verbo, esta palabra, este Jesús, representa todo lo que es opuesto a la injusticia, molestia, sufrimiento. Él mismo se hizo carne para sufrir en nuestro lugar .La biblia sugiere que ahora Él esté en la boca y en el corazón de cada uno de nosotros.

Nosotros atraemos muchos problemas, deficiencias, molestias .Existen personas que tienen el habito de confesar cosas malas e invocan a satanás sin darse cuenta, invocan problemas, enfermedades. Cuando usted dice que está enfermo, si estaba enfermo realmente se queda peor y, si no estaba acaba enfermándose. Y eso ocurre también en todas las otras áreas de su vida, el desempleo, la soledad y otras más. Independientemente de religión., cultura, lengua, condiciones financieras, cualquier persona tiene acceso a esta palabra que es Jesucristo. Ella está cerca de usted allá en áfrica, en América, Asia , hasta en los países donde la predicación es prohibida esta palabra está, porque el mundo pertenece a Dios y Él es omnipresente, está en todos los lugares al mismo tiempo. Cuando hablamos de algo, lo atraemos hacia nosotros. Si usted habla de desgracias, sufrimientos, angustias y problemas, los atraerá para su vida; porque usted los invoca para usted y el mal crece .Si usted invoca al Señor, en ves de llamar el mal, usted llama a Cristo, a Dios, al Padre, al Espíritu Santo, Él te fortalece de tal manera y usted verá las cosas comenzando a fluir. Cuando usted habla sobre los defectos de los otros, sobre la vida de los otros, de los problemas y del mal de alguien, usted atrae ese mal para usted, por eso la palabra sugiere que Dios está en nuestro corazón y en nuestra boca, accesible. Somos nosotros los que decidimos si será el mal o el bien quien estará con nosotros. Aquello que usted invoque es lo estará con usted. Aquellos que testificaron a Cristo llaman a Él en sus vidas. No invoque el mal, llame al Señor y usted verá sus puertas abrirse, verá los milagros sucediendo. Satanás no tiene acceso a su vida cuando usted llama, clama a Dios. Usted no es salvo por el hecho de pertenecer a esta o a otra iglesia. Dios no instituyó las iglesias ni las diferentes denominaciones. El grado de espiritualidad, la manifestación de Dios en las denominaciones depende básicamente de la entrega de aquellos que dirigen la institución, de los hombres que están al mando. Usted no puede decir que esta o aquella iglesia no es de Dios, porque son los hombres que buscan a Dios y la fe de aquellos que Lo buscan lo que hace la diferencia. El empeño, el deseo, el amor que usted coloque al invocar a Dios así será la presencia de Dios en su vida. ¿ Usted da más atención para Dios o para sus problemas? Lo que usted invoque es lo que estará en su vida. Ocúpese más con las cosas de Dios y Él se mostrará mucho más fuerte en su vida y en sus caminos y todos verán eso. Aquél que cree en Jesús no será confundido, perdido o abandonado. Continúe creyendo y usted verá la gloria de Dios en su vida, manifestada. Y no hay separación, Dios no tiene preferencias por éste o por aquél, Él ama a todos los seres humanos. No desee que Dios destruya sus semejantes por su causa, porque Él no concordará con eso. Jesús vino para salvar la humanidad. Dios quiere que éstemos siempre juntos en amor, que nos respetemos y oremos unos por los otros y liberemos el perdón para todos .Dios entonces se agradará y , cuando Él se agrada de alguien ,Él transforma la historia del universo entero. Dios se arrepintió de la humanidad y, cuando un hombre consiguió tocar el corazón de Dios y el Señor se agradó de él, Él salvó la humanidad con un arca .Hoy, la puerta del arca es Jesucristo, para salvar nuestra vida, para entrar y hallar pastos. Y no existe “raza pura”, puro es aquel que es lavado por la sangre de Jesús, y tiene la palabra en su corazón. Estando triste, enojado, desanimado, llame a Dios .Llame siempre a Dios, porque Dios es rico con todos aquellos que lo llaman. La salvación no necesita pasar por cualquier iglesia o religión, la salvación viene de llamar a Dios. Tanto para la vida eterna como para los libramientos. Cuando sentimos miedo, es porque no estamos amando. Eso es bíblico. El amor hace que el miedo desaparezca. Cuando amamos a Dios y a las personas, pasamos a ser valientes, corajosos, a tener fuerza. Cuanto más usted intensifica el amor, menos el miedo afectará su vida y más usted vivirá, positivamente hablando. Usted puede ser muy religioso; pero si usted no ama, no tendrá calidad de vida. El nombre de la iglesia es solo un nombre, porque la sociedad exige eso, es parte del mundo. Lo que cuenta mismo es aquello que sembramos, que es la palabra. Es lo que plantamos en los corazones .La palabra no dice que usted tiene que creer en mí, seguir a éste o aquél otro, sino que usted tiene que llamar a Dios. Busque siempre a Dios en nombre de Jesucristo; porque Él se presenta como puerta, como llave, como camino para Dios .Él es quien nos da el acceso al Padre y garantiza nuestra visa de entrada .El Salmo 145.18 dice que cerca está el Señor de todos aquellos que Lo invocan de verdad. El énfasis es porque existen aquellos que Lo buscan con hipocresía. Invocar el nombre del Señor es hablar también de Él para las personas. Cuanto más usted hable de Él para las personas; más bendecido será. La instrucción “orar sin cesar” es llamar en todo momento el nombre de Dios, pensar siempre en Él.