PALABRAS

Confiese su vida con el Señor

Su fe determina la fuerza de la intimidad, purifique sus medios y ande en justicia

18/05/2017

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

La materia de: Victor Correa

Las iglesias poseen muchas doctrinas, muchas enseñanzas. El temor del Señor consiste en aborrecer el mal. No son doctrinas que aproximan a las personas de Dios, porque hay muchos dogmas y costumbres de hombres, prejuicios , metiéndose con ropas , con comida y demás costumbre. Hay personas que temen al Señor fuera de la iglesia y personas que no temen, dentro de ellas. Yo puedo no conseguir distinguir, pero Dios conoce nuestros corazones.

La persona que le gusta el bien hace el bien y no le gusta ni comparte con la maldad. Esa persona demuestra que ama a Dios. Temor y conocimiento son dos cosas distintas, sin embargo el temor es el principio de la sabiduría. En Proverbios 8. 13, el temor del Señor consiste en aborrecer el mal.

A Dios no le gusta la soberbia, de sentimientos de superioridad, porque ella es enemiga del arrepentimiento. Todos somos pecadores y lo que toca el corazón de Dios es el arrepentimiento, el soberbio no se arrepiente del mal que hace y por eso en raras ocasiones entra en el Reino de Dios. La arrogancia es el trazo de quien no admite que erra, ni perdona. La boca perversa es la boca de los chismosos. Si queremos ser protegidos, tenemos que ser aprobados por Dios , porque Él es la fortaleza. Es difícil colocar en la mente de los gobernantes y jueces que sólo poseen autoridades porque fue Deus, a través del pueblo, quien los colocó en sus posiciones. Sólo acierta en la vida quien deja que Dios la dirija . Es necesario buscar, asumir su fe. La oración fuerte depende de su corazón junto con Dios, de que usted tenga fe verdadera . No es preciso tono de voz fuerte es por el grado de intimidad del orador hacia Dios. Las riquezas y la honra están en Dios, así como la justicia y los bienes duraderos. Las personas quieren prosperar, pero no quieren unirse a Dios. Una persona que desea ser rica u honrada debe aferrarse a Dios. Los bienes duraderos, no aquellos que acaban rápido o que enseguida se pierden , provienen de Dios. Quien quiera encontrarse con Dios tiene que ser justo, andar por el camino de la justicia. Aquél que se esfuerza para ser justo fatalmente encontrará a Dios y aquello que está en el Señor vendrá para su vida. Dios es quien prospera y abre las puertas. Muchas observan la vida de los otros y se olvidan de unir sus vidas con Dios, olvídense de los otros y dejen sus vidas junto del Señor , porque en Él están las cosas que usted busca para su vida.