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Alégrese y confíe en el Señor

No deje que nada afecte su alegría con Dios, porque la verdadera paz viene de Jesús

09/05/2017

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

La materia de: Victor Correa


Alégrese y confíe en el Señor
FOTOGRAFÍA: Eduardo Pinto

En Filipenses 4.4 , se dice que nos regocijemos , que nos alegremos, pero hay momentos que es muy difícil , las pérdidas , las frustraciones, las malas noticias, las decepciones, las traiciones, las injusticias, no permiten que nos regocijemos . Sólo que la palabra de Dios no es la de Valdemiro ni la de ningún hombre, la orden es directamente de Dios.

Regocijarse es celebrar la victoria, la conquista, merecer el bienestar y el éxito que usted siente y recibe . Muchos aparentemente no tienen motivos para alegrarse, como yo no tenia cuando recibí este mensaje por parte de Dios . Hay momentos que necesitamos llorar, que sufrimos. Y Dios me recordó tanto de veces que pensé que todo estaría perdido y Él me mantuvo, cuida de mí, como cuida también de usted.

Tener moderación es tener equilibrio, control sobre las cosas. La llave es el versículo siguiente : el Señor está cerca. En breve Él volverá y, por más que usted aparentemente tenga motivos para llorar y desesperarse, por más que usted diga que está solo, sin nadie viéndolo o listo para escuchar sus problemas, su respuesta es esta: el Señor está cerca. En la cocina, en la sala, en el hospital, en la cárcel, en el trabajo, en la calle, donde usted esté. Dios sabe todo lo que pasa en su corazón, pero espera que usted le diga a Él lo que usted quiere .Él se inclina para oír sus pedidos. Jesús era Dios en forma de hombre y oraba. Él conocía el pensamiento de todos, tenía contacto con el Padre, era Dios, aunque fuera hombre. Y aun así Él oró a tal punto de su sudor tornarse gotas de sangre. Y Jesús oraba por nosotros, por aquellos de su tiempo y por aquellos que creerían en Él. Antes de nuestro nacimiento, ya había bendiciones esperándonos. Hoy, en el Evangelio, usted se recuerda de situaciones que salió antes de recibir la salvación, de tener a Jesús, pero Jesús ya lo tenía a usted y dejó su victoria lista, preparada, antes mismo de usted saber . Todos esos libramientos son fruto de esas oraciones. Dios le da el derecho de querer, pero no de quedarse ansioso, preocupado, porque si Él dijo que lo hará es porque lo hará. Él no incita en vano. La oración no es súplica . El cristiano ora aunque no necesite nada, ora por la mañana, por la tarde , por la noche, pero la súplica, la hacemos cuando tenemos una necesidad, cuando queremos que Dios haga lo imposible en nuestra vida. La oración de acción de gracias es para agradecer por nuestra vida, la oración que normalmente es la más poderosa que existe. A pesar de ésta ser para agradecer, Jesús lo hizo diferente, Él la usó cuando debería llorar, lamentar la pérdida. Él estaba en el cementerio , con el amigo Lázaro muerto. Nosotros probablemente nos desesperaríamos , lloraríamos . Él lloró, pero oró y agradeció a Dios por algo que ni siquiera había ocurrido. Jesús sugiere que mismo que la causa parezca perdida, tenemos que agradecer antes de que el milagro ocurra. Si usted agradece, Dios no le negará nada . Jesús afirmó que sabía que Dios siempre lo escuchaba, pero oró agradeciendo por algo imposible para que todos vieran y entendieran eso . La razón que llevó a Jesús a orar en voz alta y agradecer a Dios con todos escuchando fue la multitud. Dios no depende de nadie, si Él quiere hacer algo , ÉL lo hace y ÉL me mandó a decirle hoy a usted que se alegre. Nuestras peticiones, nuestros problemas, Dios precisa saberlos a través de nuestras oraciones y acciones de gracias. Para vencer en la vida, ore todos los días , ore por la mañana , por la tarde , por la noche. Y, si usted ve que realmente no hay solución , entonces, agradezca y celebre porque Dios le dará la victoria. La paz que protege al hombre, la paz de Dios, que excede todo entendimiento, es lo que guardará nuestra mente en nombre de Jesús. Nosotros somos guardados por la mano de Dios y vamos a sentir eso siempre en nuestra vida. Sólo la paz de Dios puede tranquilizar el corazón.

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