PALABRAS

Dios quiere bendecirte.

Adore y diga al Señor lo que necesita.

15/01/2017

Por: Apóstol Valdemiro Santiago

La materia de: Victor Correa

Un hombre leproso llegó donde estaba el Señor Jesús en Mateo 8.2 y le dijo” si el Señor quiere, puede limpiarme”. El leproso se aproximó a Jesús, cuando éste bajaba del monte y Lo adoró. Algunas cosas resultan tan infalibles para lidiar con el corazón de Dios. Él se aproximó a Jesús y lo hizo con humildad, adorando. Él no exigió sobre lo que estaba pasando ,él entregó su amor a Jesús.

No es con exigencias, con cobranzas que podemos llegar a algún lugar. Muchos se quejan, se preguntan por qué Dios permite que algo malo nos ocurra, pero no es ese el camino. En la hora de mayor dificultad, aprieto ,adore, para llegar al Reino adorando. El leproso seguramente vivía en la amargura ,en constante rechazo por la sociedad, pero no se deprimió a tal punto de culpar a Dios.

Ese leproso, como noventa por ciento de la humanidad ,sabe que Dios puede hacer lo que Él quiera, pero no lo hace, porque Él es tan extraordinariamente maravilloso que estableció que el querer de Él viene después del querer del hombre. El hombre tenía lepra durante muchos años y Dios ya lo conocía, quería la cura de él. Aquel muchacho no dudo ni le preguntó a Jesús si el Maestro podría curarlo, él afirmó que, si Jesús quería , seria curado Como aquel leproso, muchos cargan un peso, pero Él no puede invadir su vida ,usted, de alguna manera, necesita tocar el corazón de Dios. Y yo dudo que haya alguien que no se conmueva con un leproso postrado delante de él .El leproso debería haber descubierto antes que Dios podía haberlo purificado. Este mensaje prueba que nadie sufre, se queda postrado o afligido por cualquier tipo de problema porque Dios quiere. Dios quiere exactamente lo opuesto. Cuando esa persona, de alguna manera, se aproxima a Jesús y declara a Él lo que quiere, recibe. Fue lo que ocurrió con este leproso, que escuchó lo que Jesús quería, que era que él fuese limpio. Jesús realizó una imposición de manos sobre el leproso y determinó la limpieza del cuerpo del hombre. El gran milagro, el aprendizaje, la enseñanza didáctica para nosotros, no es la cura en sí, es la enseñanza de aquello que queremos y debemos manifestar para Dios, Él quiere para nuestra vida antes de que nosotros mismos queramos. Usted, que quiere algo bueno para su vida, necesita tener en su concepción la seguridad absoluta, como aquel leproso tuvo, de que el poder de Jesús era suficiente para curarlo. Cualquier cosa que usted pueda necesitar, cualquier libramiento ,no significan nada para Dios, son demasiado pequeños, Dios es mayor que todas sus dificultades y adversidades. Él es mayor de que todo lo que perjudica y amenaza su vida, Él es mayor que todo. Pero lo que tal vez usted no sepa, que es lo mismo que el leproso no sabía y descubrió, que Dios quiere ayudarlo y usted sufre porque aun no manifestó su fe, porque cuando usted manifiesta su fe, de la manera que tiene que ser, la mano de Dios estará en su vida, se moverá en su dirección como ocurrió con él y cambiará su historia. Él es Dios y hace exactamente como usted confiesa. Otro defecto nuestro es limitar el poder de Dios .Aquel leproso no fue curado después de semanas, meses,Él fue curado al momento. Jesús ya estableció que todo lo que usted pida para Él, creyendo ,Él se lo dará. solo que Él espera que usted lo pida, que usted quiera y crea en Él, que Él puede dárselo. Juan 15.7 dice que, si permanecemos en el Señor y Él en nosotros, podemos pedir lo que queramos y recibiremos. Aquel leproso parece que acaba de descubrir eso .Cuando él pensó en recibir, él ya había recibido. Aquel leproso debería haber visto a Jesús a lo lejos, seguramente escuchó hablar del Señor, por eso fue humildemente. ¿Cree que algo conseguirá vencerlo si Jesús lo quiere victorioso? Pues es eso que Él dejó claro, que Él quiere ,más que usted. Una su querer con el querer de Dios. Por eso en Isaías 1,se dice que, si oímos al Señor, comeremos lo mejor de esta tierra, No habrá nada que pueda derrotarlo. Invierta en su relación con Dios, porque cuanto más usted conoce a Dios, mejor será su calidad de vida, más usted conquistará y vencerá. La Biblia nos dice que Dios nos ama más que una madre a sus hijos, que aunque la madre se olvide de su hijo que aun se amamanta, Dios no se olvida de ninguno de nosotros.