PALABRAS

No se preocupe con cosas pasajeras.

Jesús enseñó a no discutir, ni resistir a los hombres malos.

08/04/2017

Por: Obispo Jorge Pinheiro

La materia de: Victor Correa

Muchas personas pedían ver señales de los cielos. Los fariseos, en Marcos 8.11, pedían una señal del cielo, mientras discutían con Jesús. Precisamos respetar las religiones de todos y evitar discusiones infructíferas que no traen ningún resultado. Jesús había multiplicado los panes y los peces y ellos todavía pedían señales del cielo.

Mostramos milagros y cosas extraordinarias en esta obra y aún así , las personas no creen. Ellos quieren ver señales del cielo, mientras Jesús realiza milagros en la tierra. Jesús los dejó pidiendo las señales y se fue. Cuando quieran discutir sobre religión con usted, haga como Jesús, salga. La intención de las personas normalmente no es buena y usted sólo se irá a irritar.

Cuando menciona la palabra levadura, Jesús quería decir que la conversación sería extensa, mentirosa, sin sentido ninguno. Los fariseos querían fermentar, crear tumulto y discutir con Jesús, el cual evitó cualquier discusión, entró en el barco y se fue. Jesús enseñó que debemos protegernos de tales personas. Jesús sabía que los discípulos no tenían pan, pero no habló para ofenderlos, la actitud de Jesús fue enseñar a todos nosotros a huir de las confusiones, de las peleas y discusiones con los hipócritas y con aquellos que quieren discutir y no son de Dios, ni están interesados en buscar a Dios. Jesús dejó claro que la comida y el dinero son solución y que Él no estaba hablando de la comida, Él hablaba de lección de vida. Nuestras necesidades son cosas pequeñas, Dios sabe de todas ellas y nos cuida. Nuestra preocupación no puede estar en esas cosas., por eso Jesús dice que no vemos ni escuchamos, porque no damos la debida atención al Poder de Dios. Todo, incluso el dinero, los bienes, las necesidades, pasarán, pero la palabra de Dios permanecerá. Muchos se pelean, se venden, ambicionan, matan, sienten envidia, pero no conquistan nada, porque no piden a Dios. Jesús estando en su vida, no le faltará nada. Los discípulos se preocupaban con un pan y se olvidaban que el Señor multiplicó dos veces los panes y los peces. Usted necesita tener cuidado y preocuparse con las cosas de Dios, con lo que el Señor nos revela, estar atento a devorar la palabra y alimentar el espíritu . Alimentar la carne es constante, después de algunas horas de una comida, usted precisará comer de nuevo, pero el alimento espiritual, la palabra de Dios, te sacia y te fortalece para que usted enfrente al diablo y los obstáculos, luchar contra aquellos que se levanten contra usted, esos son los que caerán. Esa fuerza, de hacer que los enemigos corran y no aguanten contra usted, viene del alimento espiritual, que te deja fuerte, confiado, fortalece su fe y se hace espiritual, no carnal. Los discípulos , incluso aquellos que estaban al lado de Jesús, eran carnales, tenían duro el corazón, por eso la palabra dice que Dios retira el corazón de piedra y coloca un corazón de carne, con el Espíritu Santo dentro de éste. Una vez que tenga el Espíritu Santo en su corazón, alimentado espiritualmente, usted reaccionará como Jesús lo hizo. El Señor nos enseñó a resistir al perverso. No pierda su vida por su bolsa. Todo lo que el diablo intenta quitarle , Dios se lo da diez veces más. No arriesgue su vida , ni muera por unos centavos, si es asaltado, deje que lo lleven todo.