PALABRAS

Dios cambiará su situación.

Cumpla y valorice su alianza con Dios.

26/03/2017

Por: Obispo Roberto Santana

La materia de: Victor Correa

El profeta Isaías , en el capitulo 61.1 , inicia su discurso como profeta ungido para anunciar buenas nuevas y proclamar el cambio en nuestras vidas, siervos del Señor, principalmente aquéllos con el corazón quebrantado , triste , desanimado, que viven derrotados, en luto y cenizas.

Luto viene de la pérdida de una vida. En nuestro caso, hay en la iglesia personas de luto por la pérdida de un ser querido vivo, que están muertos para Dios, distantes, con amantes o en los juegos, en las drogas, en la bebida, en el crimen. Pero usted, que sufre de la humillación, de las cenizas, descanse en el Señor.

Cenizas significa vergüenza, humillación. Todos los hombres del pasado que querían humillarse o atraer la atención de Dios se sentaban sobre las cenizas. Nínive se sentó sobre cenizas, con la esperanza de conseguir la piedad del Señor. En vez de esas cenizas, Dios colocará una corona en su cabeza, un símbolo de alegría, de victoria, de conquistas. Dios también dice que todos los lugares antiguos y las ciudades arruinadas y destruidas serán renovadas de generación en generación y que los extranjeros serían el rebaño, los labradores y los productores de vino. Dios promete el final de la vergüenza , de la destrucción , por doble honra. Esta obra tendrá doble honra, su sufrimiento acabó. Usted construirá y no sufrirá más destrucción en su vida, recibirá esa profecía en nombre de Jesús. Dios enviará a otros para que cuiden de usted, en el instante en que usted asuma su posición como sacerdote del Señor, ministro de Dios, miembro de la obra del Señor, trabajador por el Reino de los Cielos. La alegría eterna , que trasciende el tiempo en que vivimos, quiere decir una alegría que alcanza nuestra descendencia , los hijos de nuestros hijos y así por tiempo indeterminado. Seremos bendecidos y, si pasamos eso a nuestros hijos y ellos la viven, tendrán eterna alegría, una alegría que pasa de generación a generación. El odio aleja a las personas. No podemos odiar a nadie, porque todos nosotros somos hechos a la imagen y semejanza de Cristo. Sin embargo, existen casos de odio que alejan tanto que las personas ni siquiera consiguen oír la voz de las otras. Lo que el profeta quiere decir es que, si usted odia la mentira, el adulterio, la prostitución, los vicios, la iniquidad , usted se apartará de ellas. Todos los hombres de la antigüedad que hicieron alianza con Dios fueron prósperos. Tuvieron luchas, dificultades, como todos los hombres. Tener una alianza con Dios no te inmuniza de las luchas y de las circunstancias , de las adversidades, pero esos los problemas que enfrentamos día a día serán superados, Dios hace que seamos consolados, confortados y Él nos saca de esa situación cuanto antes, mientras nos protege y nos defiende. Esos momentos se tornan leves y son pasajeros. Esa alianza es un compromiso y es más importante para nuestra salvación. Daniel no abandonó esa alianza ni tan siquiera cuando fue creada una ley para que él se doblegara ante los ídolos. El rey amaba mucho a Daniel, pero aun así , él no podía hacer nada, por cuenta de la ley. Lo mismo ocurre con nosotros, porque no hay hombre ninguno que pueda hacer nada por nosotros, sólo Dios puede. No fue el rey, sino Dios, quien cerró la boca de los leones y nada le ocurrió a Daniel. Dios es fiel y no falla. Daniel alegó que era inocente y dejó claro que él podría haber murmurado, haberse quejado, colocado a Dios contra la pared por lo que hacían con él, pero Daniel, callado, pasó por todo, seguro en su fe. Daniel sabía muy bien en quien él confiaba, con quien él hizo la alianza. La alianza con Dios protege, te bendice. Su alianza necesita ser con Dios, sin dejar de ser ingrato con la obra. Si usted ya tiene esa alianza, luche para no violar ese compromiso con el Señor. Aquéllos que preserven esa alianza serán reconocidos como familia de Dios, así como su familia.