Sueñe con Dios.
Su bendición depende del tamaño de su sueño.
19/03/2017
Por: Apóstol Valdemiro Santiago
La materia de: Victor Correa
En Génesis 28, la biblia dice que el joven Jacob tuvo que huir y cuando alguien tiene que huir es porque algo anda mal. Muchos de los grandes héroes de la fe tuvieron que huir. David, Moisés, Elías, … Jacob era diferente, hijo de Isaac, el hijo de la promesa. Cuando tenía hambre o tristeza, él iba donde estaba su padre. Imagínese tener que huir para no morir, con el propio hermano queriendo matarlo por celos.
Jacob soñó y quien sueña, más aun con Dios, ése ciertamente tendrá cambios en su vida. Es imposible soñar sin ver esos cambios. Él soñaba con una escalera que llagaba a los cielos y los ángeles subían y bajaban por ella. Los ángeles suben porque no viven en el cielo, están aquí con nosotros, llevando nuestros pedidos para Dios. Mientras más desierta sea su vida, más difícil, más cerca esos ángeles estarán de usted.
Ese subir y bajar de los ángeles dependerá de lo que usted sueñe. El tamaño de la bendición depende del tamaño del sueño. En la teoría, quien está huyendo no tiene donde esconderse y ni puede soñar con comida, ni con agua. Pero Jacob soñó con una escalera que llegaba hasta los cielos. Los ángeles subían y bajaban para que todos tuvieran respuestas a sus pedidos. Dios estaba en el sueño de Jacob, ese era un sueño completo. La escalera era sólo una manera de decir para que él no se preocupara, porque Dios estaba oyendo y recibiendo las oraciones de él y enviando las respuestas, aquello que Dios manda. Usted no necesita dormir para soñar, basta que usted se imagine a los ángeles trayendo su victoria, su salud. Jacob estaba solo, no tenía novia, pero él quería una esposa. En el desierto, Dios habló que los hijos de él serían como el polvo en la arena. Y él era tan diferente que, cuando se despertó, percibió que era apenas un sueño y reconoció que Dios estaba con él en aquel lugar . Él afirmó que aquel lugar era la casa de Dios. Dios es en nuestra vida lo que soñamos. En vez de decepcionarse, Jacob reconoció al Señor .Cuando soñamos, hasta el desierto, que representa el infierno, se transforma en la puerta del cielo. Si usted ve a Dios en medio de esa dificultad que usted está pasando es porque Él le va a entregar lo que usted desea. Más tarde , un hijo de Jacob , José, pasó por aprietos y también por el desierto. Los sueños de él no eran menores que los sueños de Jacob y Dios honró los sueños de él también. Los hermanos lo vendieron, pero Dios entregó Egipto en las manos de él y tuvo comida para todo el mundo. Ellos vivieron del dinero de la venta del hermano, pero cuando acabó, fueron sustentados por él. Sueñe, dejando a Dios en su sueño, dejando a Dios en primer lugar en su vida. Jacob se hizo cada vez más rico.
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