PALABRAS

Las plagas no te alcanzarán.

La Sangre del Cordero en su vida te protege de las maldiciones.

27/03/2017

Por: Obispo Jorge Pinheiro

La materia de: Victor Correa

Las plagas existen , y Dios en el viejo testamento, en Éxodo 11.1, Dios anuncia la décima plaga que Él trajo sobre Egipto. Una plaga es una desgracia, una calamidad, algo muy malo. Es obvio que Dios no envía plagas sobre la vida de los otros, aquel fue un caso muy especifico que Dios quería liberar a Su pueblo que era esclavo, de Egipto. Dios enviaba las plagas para que el faraón librara al pueblo por libre albedrío.

Cuando Dios pidió para que Moisés hablase con el pueblo, los egipcios querían librarse de los israelitas. Dios pidió que el pueblo que era esclavo, el pueblo de Israel, pidiera a su vecino, objetos de oro y plata. El hecho de ellos ganar oro y plata sería imposible, pero Dios trabaja sobre lo imposible y lo que la palabra de Dios nos manda hacer, tenemos que hacerlo . Imposible o no, lo que nos compete es hacer lo que Dios nos ordena.

Moisés se tornó conocido en Egipto por causa de las señales y maravillas que Dios obró a través de la vida de él. Las personas tienen por costumbre gustar de habladurías y ellas comienzan con algo que la persona hace. La fama de cada persona tiene su razón de ser. Usted necesita preocuparse con la fama que usted conquista para sí. Todos serían alcanzados por una plaga de muerte, sería una gran masacre. Esas plagas pueden alcanzar al pueblo de Dios también. Dependiendo de quién lance la plaga y cómo la lance, la plaga llega. Si la persona no está protegida por Dios , la plaga la alcanza. Dios dejó claro que, a los protegidos de Él nada les pasaría, ni a sus animales, ni los perros ladrarían. Había, sin embargo, una marca que era para que el Ángel del Señor supiera que aquel pueblo era protegido, era necesario una distinción que vino en forma de la sangre del cordero en el marco de la puerta. El destruidor no pasó donde estaba la marca de la sangre del cordero. Es necesario que tengamos la marca que diferencia aquellos que son de Dios, de aquellos que no lo son. Jesús aun no se había manifestado y la alusión estaba al comienzo de la Biblia. Hoy, la sangre de Jesucristo es la que nos protege de las plagas, el Cordero Inmaculado que dio la vida por nosotros, que quita el pecado del mundo. Cuando aceptamos a Jesús, las plagas no alcanzan más nuestras vidas. Ninguna plaga entrará en su casa. Ni envidia, mal de ojo, nada de eso afectará su vida, porque Dios prometió que nada malo te sucederá, plaga ninguna llegará.