MILAGROS

Las Brigadas cesan después de la liberación de esposo

Las discusiones ocurrían cuando el marido de la diarista María Aparecida llegaba embriagado y alterado en casa

15/12/2018

Ya se había convertido en un hábito para el esposo de la diarista María Aparecida, de 36 años, pasar en el bar para distraer la mente y encontrar los conocidos del Parque Santa Magdalena, en la zona este de la capital paulista. Entre una conversación y otra, botellas de cerveza eran vaciadas y el puntero del reloj quedaba en el olvido.

Después de muchas dosis, él seguía a casa completamente embriagado. Los pasos torcidos por las calles y el olor de alcohol impregnado en la ropa acusaban de lejos que el padre de familia necesitaba vivir una liberación.

La espera por el regreso del marido consumía el corazón de María que oraba todos los días para que Dios actuara haciéndole dejar atrás el vicio. "Cuando llegaba, siempre peleábamos porque no aceptaba ver esa situación si se repetía. Era muy difícil para mí. El matrimonio ya estaba fragilizado por las discusiones que sólo se agravaban. Después de participar del culto del Milagro Urgente en la Ciudad Mundial de los Sueños de Dios, en el Brás, la diarista pasó a profetizar la quiebra de toda malignidad por medio de la unción. A los pocos, el esposo comenzó a cambiar el comportamiento y hace 15 años no consume ningún tipo de bebida alcohólica. "El Dios que sirvo es un Dios que hace milagros, el Dios de las causas imposibles y el Dios que operó en mi hogar", dijo.