MILAGROS

Por ti, Dios lo cambia todo

"Me arrojé de rodillas en mi puerta, alzé las manos al cielo y empecé a clamar la ayuda de Dios"

09/02/2018

"Hace nueve años, conocí a la Iglesia Mundial del Poder de Dios y fui consagrada a obrera. "Dios comenzó a bendecir mi vida y yo tenía un deseo de construir viviendas para vivir de ellas, tenía un terreno, pero no conseguía la licencia de construcción" cuenta Aurina de Jesús Ribeiro, de 51 años, moradora de Salvador, Bahía. "Incluso sin la licencia, sentí que debía hacer algo, agarré una toallita Sé una bendición, la puse en la pared y comencé la obra.

Los constructores indicaron que era necesario un metro y veinte de pared, si no caía. La obra fue hecha y, días después, el barro de protección se derrumbó. Tuve que llamar ayuda y luego continuó cayéndose, entonces clamé a Dios. Era una tarde de lluvia fuerte, mi hija dormía y yo no quise vaciar el terreno, me arrojé de rodillas en mi puerta, eché las manos al cielo y empecé a clamar la ayuda de Dios.

Sé que fue suficiente, porque las nubes en el cielo se disiparon y el viento se paró, acabando la amenaza para mi casa. Dios bendijo tanto que del espacio de la obra salieron dos puntos comerciales y un punto de fiesta, con una obra preparada en tres meses y cinco días. Ahora tengo cuatro casas, los tres puntos comerciales y agradezco a Dios y a este ministerio, que me ha enseñado a orar y a buscar en el Señor.