Dios es quien decide la hora de su partida
“Hoy estoy optima , no tengo secuelas, estoy saludable para la honra y gloria del Señor"
02/11/2017
Rosana Izilda Rodrigues Alves, 63 años, residente del barrio de Tucuruvi, Sao Paulo, pudo ver a Dios colocando la mano en su vida. “ Yo tuve dos accidentes hemorrágicos vasculares hemorrágicos y una convulsión”, inició Rosana su testimonio de vida.
“Y para empeorar la situación, yo me caí de la cama, en aquel momento los médicos creyeron que estaba todo perdido”, relata la residente de Tucuruvi. Pero es Dios quien dice el día de la muerte, y aquel no era la hora de Rosana.
“Mi hermana llevaba el pañuelo Sé tú una Bendición y colocaba en mi cabeza, y me daba el agua ungida para beber”, comenta Rosana, y en ese momento el Señor obró el milagro. “Hoy, estoy optima, no tengo secuelas, estoy saludable para la honra y la gloria del Señor”, finalizó su testimonio emocionada con el poder de Dios.
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