MILAGROS

Ex mujer pública se convierte y se torna misionaria

Después de frecuentar varios cultos y participar de varias campañas de oración, Jovania Ramires Alves fue liberada completamente

11/06/2017

La materia de: Madalena Mattos

A los 19 años de edad, Jovania Ramires Alves ya era madre soltera de dos niños y trabajaba como mesera en un club nocturno de lujo en la ciudad de Tres Lagoas, en Mato Grosso do Sul. Con el padre enfermo de cáncer y viviendo una vida precaria financieramente, Jovania decidió entrar en el camino de la prostitución para ayudar en el presupuesto de la casa. Ella es la más pequeña de una familia de ocho hermanos. Pasando por muchas necesidades y siguiendo el ejemplo de la hermana mayor que ya se prostituía, Jovania también acabó convirtiéndose en una prostituta. ”La situación financiera difícil y las necesidades que habían en casa eran muy grandes y yo no conseguía empleo”, declaró. Fueron 15 años vendiendo el cuerpo en los cubes nocturnos para traer el sustento para casa. Además de la vida promiscua, Jovania comenzó a usar cocaína y a ingerir todo tipo de bebidas alcohólicas.” Antes de prostituirme necesitaba usar drogas para crear coraje”, declaró durante un culto ministrado por el obispo Alex Almeida y una multitud presente en la sede de la Iglesia Mundial del Poder de Dios, en la ciudad de Campo Grande, Mato Grosso do Sul. Ella trabajó en varias casas nocturnas de algunas ciudades del Estado de Mato Grosso do Sul, como Tres Lagoas, Dourados, Ponta Pora y Porto Murtinho. Después de prostituirse durante varios años, pasó a ser gerente de clubes nocturnos. ”Llegué a ser propietaria de una y administrar otras tres casas nocturnas y 150 chicas aproximadamente”, recuerda con tristeza. En esa época yo no era casada y obtuve varios inmuebles, carros de lujo, terrenos, joyas y mucho dinero; pero en un año perdió todo.” Mi ex marido me dio un golpe y cuando lo supe, estaba sin nada de un día para otro. Además del golpe que llevé, todavía me quedé con una deuda de 250 mil reales que él dejó para yo pagar. Precisé vender lo que sobró para saldar los compromisos”, cuenta. Después de 15 años de esa vida promiscua, en las drogas, violencia contra la mujer, “golpe del ex marido”, sin dinero, sin moral y sin dignidad, ella conoció la Iglesia Mundial del Poder de Dios. Fui al templo a través de una ex dueña de un club que estaba yendo a la iglesia y que también deseaba abandonar el mundo de la prostitución. En la época ella me dijo que buscara a Dios, porque sino moriría de tanta droga y bebida. Sin salida para los problemas que estaba enfrentando y con la vida completamente destruida, decidió aceptar la invitación de su amiga, que también abandonó la vida promiscua y posteriormente se convirtió a Jesús.

Dios salvó mi vida

El vuelco en la vida de Jovania comenzó en Marzo de 2013, cuando ella participó por la primera vez en un culto del Martes del Milagro Urgente, en la ciudad de Campo Grande, que la Iglesia Mundial realiza todas los Martes. Ella comenzó a prestar atención a las predicaciones y testimonios, y su corazón se fue abriendo para el Señor .”En esa época, yo participaba de los cultos; pero así que salía de la iglesia iba directo para el club y me prostituía. Yo llevaba el pañuelo “Sé tú una Bendición “ para las prostitutas allá, pero la mayoría me criticaban diciendo que era hipocresía. No daba mucha atención , porque sabía que Dios hablaba todos los días en mi corazón. Allá en la iglesia y en la TV , yo escuchaba los testimonios de personas en la misma situación que la mía o hasta peor que fueron alcanzadas por Dios, y comencé a reflexionar sobre mi vida”, recordó. No demoró mucho, descubrió que allí estaba la salida para sus problemas. Después de frecuentar varios cultos y participar de campañas de oración, Jovania fue libre completamente. Ella dejó de prostituirse y encontró un empleó de cajera en un hipermercado. Actualmente es casada con el pastor Erick Ramires Alves, y ahora es misionaria en la obra que realizan en la Iglesia Mundial en el Estado de Mato Grosso do Sul. Ella destaca que a ella y a su marido no les interesa lo que piensan las personas sobre ellos, porque el pasado se quedó atrás.” Hubo un tiempo que yo pensaba que para las personas no era bien vista; pero el tiempo fue pasando y ese sentimiento acabó, gracias a Dios. Su hijo mayor, de 18 años, también ya es pastor de la Iglesia Mundial , el más joven, de 17 años, vive con la tía y aun guarda rencor del pasado de la madre, y él la perdonará. Todo tiene su tiempo dice el Señor en Eclesiastés 3: “tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de estar de duelo y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar y tiempo de dejarde abrazar.Yo creo en este Dios tremendo, al final, Él salvó mi vida en el tiempo de Él”, finalizó.