MILAGROS

La solución divina vino cuando la causa estaba perdida.

“Llegó un momento que la enfermedad afectaría los órganos internos de él y, en veinticuatro horas , mi hijo moriría “

08/04/2017

La materia de: Victor Correa

“Mi hijo tenía esclerodermia morfea desde los cinco años de edad, una mancha que fue tomando todo el cuerpo de él y que la medicina, aun después de muchos exámenes, no conseguía descubrir la causa o solución para esa enfermedad”, cuenta Idaísio Oliveira Veiga, de 42 años, sobre su hijo, Paulo Víctor Veiga, de 19 años.

“También no conseguía caminar y fue diagnosticado con apenas tres meses de vida, porque también tenia una pierna más corta que la otra. Nosotros buscamos mucho por la vida de él, hasta que conocimos el trabajo de la Iglesia Mundial del Poder de Dios por la televisión y comenzamos a buscar en la iglesia, para que Dios no lo dejara morir”, explica Idaísio. “Llegó un momento en que la enfermedad afectaría los órganos internos de él y, en veinticuatro horas, mi hijo moriría. Yo le pedía a Dios que me diera una respuesta, una solución “.

Fue apenas en el momento que la pérdida era inevitable que la providencia vino. ”Mientras pasábamos el pañuelo Sé tú una Bendición, comenzamos a ver mejoría y, en el auge de la enfermedad, ella comenzó a desaparecer. Después de nueve años combatiendo la enfermedad, ella fue desapareciendo y, cuando Paulo Víctor cumplió 15 años, el no tenia más nada, para la gloria de Dios”