Sin compañía, es imposible, pero con Dios, nada es imposible.
De dependiente químico a obrero en la casa del Señor.
21/01/2017
La materia de: Victor Correa
Durante 22 años, Antonio Guilherme de Oliveira, de 35 años, Itapevi, Sao Paulo, cuenta que fue dependiente químico.
”Yo sufría mucho, llegué a perder varios empleos y tener tantas pérdidas financieras que es hasta difícil calcular. Yo era agresivo y dependiente, no conseguí librarme de los vicios, incluso viendo que estaba arruinando mi vida”.
Hace tres años atrás, Antonio dejó de luchar sin ayuda contra las drogas.” Conocí a la Iglesia Mundial del Poder de Dios por la TV y, para la gloria de Dios, Él me liberó. Hoy, hago la obra, anuncio a ese mismo Jesucristo a mis amigos y para otras personas que también están perdidas que , como yo, continúan esclavizados por las drogas. Les digo a todos que Dios puede cambiar cualquier vida, porque me dio la libertad, prosperidad y paz. Estoy muy agradecido al Señor”.
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